Sobresaltar en el nombre de la innovación, empezando por las raíces robustas de la tradición de familia: este es el objetivo de chef Paolo, que ha crecido entre los fogones del restaurante abierto por sus padres en 1969. Para cocinar la carne aquí se prefiere la cocción lenta y al vacío, mientras que en la carta se proponen también varias comidas a base de pescado, una decisión inusual a mil metros de altitud. Materias primas de alta calidad, creatividad e investigación se convierten en creaciones interesantes, que merece la pena saborear despacio. El menú cambia a menudo, porque los ingredientes siguen las temporadas del año.
El padre de Paolo y dueño del restaurante Emilio, conocido como Nani, empezó a gestionar el Sorriso ya en 1969. En 2004 Paolo y su mujer Michela lo reemplazaron en la gestión del local y poco después decidieron abandonar la pizzería y dedicarse solamente al restaurante. Su manera de ver la restauración y de crear cultura a través de una buena comida significa recuperar el tiempo para nosotros mismos, dejándonos disfrutar comidas de alta calidad, elaboradas con esmero y con sabores equilibrados. El placer de estar en la mesa es el hilo rojo que acompaña la experiencia al Ristorante Sorriso de Selvino, un local que acoge a sus clientes en un entorno refinado, igual que el menú a la carta, y con una bodega con más de 100 vinos distintos.
Sobresaltar en el nombre de la innovación, empezando por las raíces robustas de la tradición de familia: este es el objetivo de chef Paolo, que ha crecido entre los fogones del restaurante abierto por sus padres en 1969. Para cocinar la carne aquí se prefiere la cocción lenta y al vacío, mientras que en la carta se proponen también varias comidas a base de pescado, una decisión inusual a mil metros de altitud. Materias primas de alta calidad, creatividad e investigación se convierten en creaciones interesantes, que merece la pena saborear despacio. El menú cambia a menudo, porque los ingredientes siguen las temporadas del año.
El padre de Paolo y dueño del restaurante Emilio, conocido como Nani, empezó a gestionar el Sorriso ya en 1969. En 2004 Paolo y su mujer Michela lo reemplazaron en la gestión del local y poco después decidieron abandonar la pizzería y dedicarse solamente al restaurante. Su manera de ver la restauración y de crear cultura a través de una buena comida significa recuperar el tiempo para nosotros mismos, dejándonos disfrutar comidas de alta calidad, elaboradas con esmero y con sabores equilibrados. El placer de estar en la mesa es el hilo rojo que acompaña la experiencia al Ristorante Sorriso de Selvino, un local que acoge a sus clientes en un entorno refinado, igual que el menú a la carta, y con una bodega con más de 100 vinos distintos.
El bacalao siempre está presente en las mesas de Lombardía. Por eso el Chef propone este tipo de comida, siendo una materia prima muy versátil y muy interesante, acompañada por productos frescos y reinterpretada en clave moderna.
