No es coincidencia que se empiece por Città Alta en Piazza Vecchia, la plaza que todo el mundo nos envidia: una joya cuyas geometrías dejaron sin palabras incluso a Le Corbusier. Pero este camino tampoco os dejará en ayunas de pintura: hace falta visitar la Accademia Carrara con sus obras de Raffaello y Botticelli, así como la moderna Galeria de Arte Moderno y Contemporaneo.