Bérgamo sabe sorprenderte de mil maneras, y quizás una de las menos conocidas es precisamente por su riqueza natural. La riqueza de los Prealpes Orobie, su paisaje y nada menos que siete colinas fundacionales la convierten en una auténtica dama vestida de verde. Città Alta también forma parte de un área protegida, el Parco dei Colli, desde 1975, cuyos caminos se bifurcan hacia los pueblos vecinos.
¿Quieres explorar el lado naturalista de Bérgamo sin perderte las bellezas históricas, los panoramas y pequeños secretos como sus escaleras medievales? ¡Haz este itinerario de ida y vuelta y no te arrepentirás!
Bérgamo sabe sorprenderte de mil maneras, y quizás una de las menos conocidas es precisamente por su riqueza natural. La riqueza de los Prealpes Orobie, su paisaje y nada menos que siete colinas fundacionales la convierten en una auténtica dama vestida de verde. Città Alta también forma parte de un área protegida, el Parco dei Colli, desde 1975, cuyos caminos se bifurcan hacia los pueblos vecinos.
¿Quieres explorar el lado naturalista de Bérgamo sin perderte las bellezas históricas, los panoramas y pequeños secretos como sus escaleras medievales? ¡Haz este itinerario de ida y vuelta y no te arrepentirás!
El primer tramo te lleva desde Porta S. Alessandro hasta la colina de San Vigilio, que siempre ha velado por la ciudad y la llanura circundante. Se puede llegar a pie subiendo por la calle San Vigilio o viajando en el segundo funicular histórico de la ciudad, el de San Vigilio. Ambas rutas son muy pintorescas. ¡La elección es tuya!
Como estás al comienzo de una ruta de mediana dificultad, te recomendamos el funicular. Una vez en la estación superior, gira a la derecha y sube por la calle empedrada hasta el Castillo de San Vigilio. Desde el parque del mismo nombre, que alberga las ruinas históricas, tendrás una vista impresionante del lado norte de Bérgamo.
Una vez que bajes por via al Castello, pasa el funicular y un poco más adelante disfrutarás de un segundo panorama maravilloso, el de la terraza de la Iglesia de San Vigilio.
El primer tramo te lleva desde Porta S. Alessandro hasta la colina de San Vigilio, que siempre ha velado por la ciudad y la llanura circundante. Se puede llegar a pie subiendo por la calle San Vigilio o viajando en el segundo funicular histórico de la ciudad, el de San Vigilio. Ambas rutas son muy pintorescas. ¡La elección es tuya!
Como estás al comienzo de una ruta de mediana dificultad, te recomendamos el funicular. Una vez en la estación superior, gira a la derecha y sube por la calle empedrada hasta el Castillo de San Vigilio. Desde el parque del mismo nombre, que alberga las ruinas históricas, tendrás una vista impresionante del lado norte de Bérgamo.
Una vez que bajes por via al Castello, pasa el funicular y un poco más adelante disfrutarás de un segundo panorama maravilloso, el de la terraza de la Iglesia de San Vigilio.
La puerta con vistas al oeste se llama Sant’Alessandro y solía ser la entrada a la ciudad por los que venían desde Lecco y Como. Su nombre deriva de la vecina basílica dedicada al santo protector de Bérgamo, Alessandro, que fue destruida en 1561 – como dice una lápida puesta al lado de la única columna supérstite del antigua iglesia – con el fin de construir las Murallas. Una vez cruzada la puerta se encuentra la “Columna de Sant’Alessandro” marcando el lugar exacto donde solía levantarse la iglesia derribada.
Si ya has llegado desde el centro de Bérgamo Baja hasta Piazza Mercato delle Scarpe en Città Alta utilizando la funicular, no pare tu remonte: ¡atrévete con la segunda funicular y visita la colina de San Vigilio!
Esta instalación, de hecho, te lleva a una zona poco frecuentada que, sin embargo, merece la pena admirar: está inmersa en la naturaleza y es el punto de salida ideal para los paseos por el maravilloso Parco dei Polli, una área verde protegida de 4.700 hectáreas. Inaugurada el 27 de agosto de 1912, fue diseñada por Alessandro Ferretti, uno de los ingenieros italianos más renombrados de esa época, el cual también diseñó decenas de ferrovías funiculares y realizó alrededor de 15 de esas.
La funicular de San Vigilio mide 630 metros de largo y tiene un desnivel de 90 metros, con una inclinación que va desde el 10% hasta el 22%, asegurando un panorama increíble de las colinas y de la llanura.
Símbolo bien visible del poder, el Castillo de San Vigilio ha sido residencia de los distintos señores de Bérgamo durante siglos. Puesto a 496 metros de altura en la colina que lleva el mismo nombre, domina la Ciudad Alta – Città Alta – y por eso solía desempeñar un papel estratégico en caso de ataques enemigos. Desde su cumbre, de hecho, es posible ver el cercano Monte Bastia y los pueblos del antiguos Valle Breno (llamados hoy Valbrembo y Paladina), junto con la llanura de Almenno, conocida como “Lemine”, que tenía en el pasado un gran peso comercial, y los burgos situados a lo largo de la calle llevando al comienzo del Valle Brembana. Este panorama tan espectacular y vasto abarca incluso una amplia porción de los Prealpes. La planta del edificio es muy singular: se parece a una estrella, con los cuatro torreones nombrados Castagneta, Belvedere, Del Ponte y San Vigilio. Además, sus subterráneos son extremamente complejos: se halló incluso una galería, parcialmente transitable, que pone directamente en comunicación el Castillo con la parte norte de las Murallas, dentro del Fuerte San Marco.
La siguiente parada de su itinerario está en la base de Scorlazzone, una de las escaleras de “gallettato” (fondo con piedras rotas típicas de los pueblos de montaña) que en la Edad Media representó el principal enlace entre Bérgamo Alta y Bérgamo Bassa. Toma el callejón a la derecha de la Iglesia de San Vigilio y sumérgete en un ambiente atemporal, entre casas antiguas, jardines y vistas fascinantes.
Al final, gira a la derecha y recorre un tramo de via Sudorno: un poco más adelante, te espera otro pequeño tesoro escondido, el Tempio dei Caduti. Edificado en 1915 sobre los restos de la antigua iglesia de S. Maria di Sudorno (de la que conserva el retablo), está dedicado a los soldados de la Primera Guerra Mundial.
La siguiente parada de su itinerario está en la base de Scorlazzone, una de las escaleras de “gallettato” (fondo con piedras rotas típicas de los pueblos de montaña) que en la Edad Media representó el principal enlace entre Bérgamo Alta y Bérgamo Bassa. Toma el callejón a la derecha de la Iglesia de San Vigilio y sumérgete en un ambiente atemporal, entre casas antiguas, jardines y vistas fascinantes.
Al final, gira a la derecha y recorre un tramo de via Sudorno: un poco más adelante, te espera otro pequeño tesoro escondido, el Tempio dei Caduti. Edificado en 1915 sobre los restos de la antigua iglesia de S. Maria di Sudorno (de la que conserva el retablo), está dedicado a los soldados de la Primera Guerra Mundial.
La manera más emocionante y local de desplazarse desde Bérgamo Baja hasta Città Alta son las “Scalette”, o sea las escaleras.
Se trata de caminos peatonales de escalones, empedrados con los típicos guijarros.
Estos recorridos suben sinuosos, bordeados por antiguos muros de piedra seca, cruzando colinas, campos, aterrazamientos y jardines de espléndidas villas: con cada paso vas a quedar maravillado por los hermosos panoramas.
Sin embargo, las “scalette”” son muy apreciadas también por los deportistas in busca de un buen entrenamiento.
De hecho, se hallan lejos del trafico, son muy tranquilas y atractivas.
El Scorlazzone es la continuación natural del Scorlazzino, que se eleva desde la Ciudad Baja, y con sus 162 escalones planos pero inclinados es sin duda uno de los más exigentes.
Si estás en via Sudorno, busca la pequeña fuente protegida por un arco, toma la subida por encima y podrás empezar a subir. ¡Un auténtico viaje en el tiempo!
Surgido sobre los restos de la antigua iglesia de S. Maria de Sudorno, destruida para su construcción en el 1915-16, el templo también llamado iglesia de Sudorno, del nombre de la calle sobre la cual se asoma y debajo de la cual pasa uno de los dos antiguos acueductos romanos.
Dedicado a los Caídos de las Guerras, conserva en su interior (enteramente revestido de mármoles oscuros) el retablo de la vieja iglesia medieval.
Desde el Templo, continuar hasta la curva más allá del pórtico y girar a la derecha en Via Astino. Aquí comienza un nuevo tramo panorámico que te revelará paso a paso parques boscosos, colinas de viñedos y, en la distancia, el valle con el Bosco dell'Allegrezza, que alberga las ruinas de un castillo. En la penúltima curva, también se encuentra la hermosa escalera recientemente restaurada en via Lavanderio.
El Valle de Astino se abre entonces ante tí en toda su belleza: aquí está el antiguo Monasterio de Astino, que en el verano cobra vida con eventos y excelente comida y vino; aquí se encuentra la Iglesia del Santo Sepulcro con sus magníficas obras y, enfrente, el Valle della Biodiversità, un oasis de conservación de la flora local que alberga una sección del Jardín Botánico de Bérgamo.
Desde el Templo, continuar hasta la curva más allá del pórtico y girar a la derecha en Via Astino. Aquí comienza un nuevo tramo panorámico que te revelará paso a paso parques boscosos, colinas de viñedos y, en la distancia, el valle con el Bosco dell'Allegrezza, que alberga las ruinas de un castillo. En la penúltima curva, también se encuentra la hermosa escalera recientemente restaurada en via Lavanderio.
El Valle de Astino se abre entonces ante tí en toda su belleza: aquí está el antiguo Monasterio de Astino, que en el verano cobra vida con eventos y excelente comida y vino; aquí se encuentra la Iglesia del Santo Sepulcro con sus magníficas obras y, enfrente, el Valle della Biodiversità, un oasis de conservación de la flora local que alberga una sección del Jardín Botánico de Bérgamo.
El Valle de Astino, entre el “Bosco dell’Allegrezza” (el “Bosque del Alegría”) y la colina de la Benaglia, conlleva una sensación de paz y tranquilidad.
Quizás este sea el motivo por el cual en 1107 los monjes del orden de Vallombrosa decidieron construir aquí su monasterio y la iglesia anexa, llamada “del Santo Sepolcro”. Entre el territorio y estos edificios religiosos se formó una relación muy estrecha, a tal punto que el nombre “Astino” se utiliza tanto para el valle como para el complejo monumental.
La organización del espacio en este rincón de paraíso hace que el tiempo parezca eterno.
Siéntate en la amplia pradera alrededor del monasterio: te sorprenderá la belleza y la quietud del paisaje.
Rodeado por bosques, colinas y campos, podrás pasear por la red de callejuelas. Hacia el este en dirección del barrio de Longuelo, al oeste hacia el valle San Martino, al norte hacia San Sebastiano y las colinas de la Bastia y de San Vigilio.
Esta sección temporal del Jardín Botánico de Bérgamo abrió al público en el área de Astino para hacer conocer a todo el mundo la biodiversidad y la agro-biodiversidad.
De mayo a octubre tendrás la extraordinaria oportunidad de pasear a través de más de 1.000 variedades de plantas cultivadas en la sección de Astino del Jardín Botánico de Bérgamo: el Valle de la Biodiversidad.
Están presentes las 300 especies utilizadas por el Hombre a lo largo de su historia. Estos cultivos representan un patrimonio inestimable creado para difundir el conocimiento sobre biodiversidad y agro-biodiversidad, en un entorno agrario-forestal extraordinario: él de Astino.
¿Lleno de naturaleza? ¡Aún no has terminado! Para completar el itinerario, se continúa por vía Astino bordeando los campos de Linificio y Canapificio Nazionale, que en primavera-verano se transforman en una extensión de flores de lino. Al final encontrarás un paso de peatones y podrás tomar el camino que discurre junto a la Roggia Curna, parte del gran sistema de riego construido en 1475 por Bartolomeo Colleoni.
El camino termina en Via Ripa Pasqualina: girar a la izquierda y comenzar la subida. Pronto, la calle estrecha se convierte en una escalera medieval, brindándote nuevas emociones, ¡y un excelente ejercicio cardiovascular!
En la cima, en el cruce con via San Martino, sigue recto durante unos minutos y pronto llegarás a la pequeña y encantadora iglesia de S. Martino della Pigrizia. Luego te espera otro cruce, esta vez con la Scaletta di San Martino a la derecha (para la próxima vez) y la Scorlazzino a la izquierda. Tómalo, sube por un breve y pintoresco desvío y baja inmediatamente por San Martino. Desde aquí, siempre girando a la izquierda, se llega muy pronto a via Borgo Canale ya otra antigua iglesia, S. Erasmo.
¿Lleno de naturaleza? ¡Aún no has terminado! Para completar el itinerario, se continúa por vía Astino bordeando los campos de Linificio y Canapificio Nazionale, que en primavera-verano se transforman en una extensión de flores de lino. Al final encontrarás un paso de peatones y podrás tomar el camino que discurre junto a la Roggia Curna, parte del gran sistema de riego construido en 1475 por Bartolomeo Colleoni.
El camino termina en Via Ripa Pasqualina: girar a la izquierda y comenzar la subida. Pronto, la calle estrecha se convierte en una escalera medieval, brindándote nuevas emociones, ¡y un excelente ejercicio cardiovascular!
En la cima, en el cruce con via San Martino, sigue recto durante unos minutos y pronto llegarás a la pequeña y encantadora iglesia de S. Martino della Pigrizia. Luego te espera otro cruce, esta vez con la Scaletta di San Martino a la derecha (para la próxima vez) y la Scorlazzino a la izquierda. Tómalo, sube por un breve y pintoresco desvío y baja inmediatamente por San Martino. Desde aquí, siempre girando a la izquierda, se llega muy pronto a via Borgo Canale ya otra antigua iglesia, S. Erasmo.
La calle emboca en la esquina de una casa torre, que se asoma a Via Astino.
El recorrido inicial es dulce pero después, pasada Via del Celtro (del dialecto selter y del latín ciltrum, es decir, arco), se estrecha y se hace empinada, hasta transformarse en una escalinata adoquinada, que termina en una calle asfaltada que se conecta con Via Sudorno (topónimo medieval que hace referencia al culto del dios Saturno).
A lo largo de la ruta panorámica que sube desde el distrito de Longuelo hasta Borgo Canale, entre las dos maravillosas cuencas de Bérgamo, la de Astino y la Conca d'Oro, te encontrarás en el camino con la pequeña iglesia de San Martino della Pigrizia.
Al contrario de lo que se pueda pensar, San Martino no tiene nada que ver con la pereza (“pigrizia”), ¡ni mucho menos! El nombre de este lugar deriva de una cuestión puramente geográfica: la parte de tierra de la vertiente del Valle de Astino, a diferencia de la de la Conca d'Oro, es por naturaleza menos expuesta a los rayos solares y por ello los cultivos en esta zona proceden más despacio. Con el tiempo, los lugareños comenzaron a asignarle a esta porción de tierra "La Pereza" como apodo, subrayando precisamente su carácter 'perezoso'.
La iglesia, que ha llegado hasta nuestros días desde el siglo IX no sin diversas reformas, tiene una portada principal de bronce en la que están esculpidos los dos santos patronos: San Martino y la Madonna della Purità y un pequeño luneto superior que completa el abertura arqueada de la fachada. Lateralmente, una pequeña escalera de piedra conduce a la puerta de entrada secundaria. También es de bronce y representa la historia de la pequeña iglesia. El interior consta de una sola nave rectangular dividida en tres tramos por dos arcos de mampostería, sobre los que descargan las dos aguas de la cubierta vista. El presbiterio consiste en una capilla muy simple cubierta por una bóveda de cañón con algunas obras en el centro que representan a la Virgen y el Niño con los Santos Martino, Giovan Battista, Carlo y Antonio di Padova.
La escalera de San Martino
No lejos de la iglesia, en dirección a la Ciudad Alta, se encuentra la escalera de San Martino que conecta vía Borgo Canale y vía San Martino della Pigrizia. Es un tramo corto formado inicialmente por escalones que, a los pocos metros, se convierte en una pendiente sobre un suelo de adoquines que conduce a las puertas de Bérgamo Alta. Subiendo, también te encontrarás con las sugerentes escaleras Scorlazzino y Scorlazzone que conducen al Castillo de San Vigilio, ofreciéndote un recorrido panorámico único.
La manera más emocionante y local de desplazarse desde Bérgamo Baja hasta Città Alta son las “Scalette”, o sea las escaleras.
Se trata de caminos peatonales de escalones, empedrados con los típicos guijarros.
Estos recorridos suben sinuosos, bordeados por antiguos muros de piedra seca, cruzando colinas, campos, aterrazamientos y jardines de espléndidas villas: con cada paso vas a quedar maravillado por los hermosos panoramas.
Sin embargo, las “scalette”” son muy apreciadas también por los deportistas in busca de un buen entrenamiento.
De hecho, se hallan lejos del trafico, son muy tranquilas y atractivas.
El Scorlazzone es la continuación natural del Scorlazzino, que se eleva desde la Ciudad Baja, y con sus 162 escalones planos pero inclinados es sin duda uno de los más exigentes.
Si estás en via Sudorno, busca la pequeña fuente protegida por un arco, toma la subida por encima y podrás empezar a subir. ¡Un auténtico viaje en el tiempo!
Gracias a su posición, este burgo está riquísimo de puntos panorámicos. Por un lado puedes disfrutar con una vista del valle del Po, por el otro de una perspectiva inusual de Città Alta: desde aquí sus torres, campanarios y cúpulas forman un perfil realmente asombroso.
Este rincón de Bérgamo es un pequeño oasis de paz y romanticismo, perfecto para descansar y contemplar el panorama sin que el trafico nos moleste, o bien para pasear por los preciosos callejones.
En uno de estos nació el renombrado compositor bergamasco Gaetano Donizetti.
¡Bienvenidos a Borgo Canale, el distrito histórico de los huertos y los artistas! Aquí, en el número 14, nació el compositor de Bérgamo Gaetano Donizetti en 1797, y es precisamente la casa de su familia la que ahora alberga el museo de la Casa Natal de Donizetti. Pero antes de llegar a ella, todavía te espera un tramo de carretera, en el que te encuentras con una nueva iglesia: la Santa Grata Inter Vites, del siglo XVIII, dedicada a la patrona de Bérgamo y decorada por Bonomini. El atributo particular se refiere a su posición, una vez en campo abierto cultivado con vides.
Al llegar a la parte superior de via Borgo Canale, aquí está el punto de partida, Largo di Porta S. Alessandro.
¡Bienvenidos a Borgo Canale, el distrito histórico de los huertos y los artistas! Aquí, en el número 14, nació el compositor de Bérgamo Gaetano Donizetti en 1797, y es precisamente la casa de su familia la que ahora alberga el museo de la Casa Natal de Donizetti. Pero antes de llegar a ella, todavía te espera un tramo de carretera, en el que te encuentras con una nueva iglesia: la Santa Grata Inter Vites, del siglo XVIII, dedicada a la patrona de Bérgamo y decorada por Bonomini. El atributo particular se refiere a su posición, una vez en campo abierto cultivado con vides.
Al llegar a la parte superior de via Borgo Canale, aquí está el punto de partida, Largo di Porta S. Alessandro.
Esta iglesia está dedicada a Santa Grata, compatrona de Bérgamo. Se trata además del lugar donde la Santa fue sepultada en el año Mil por primera vez: el cuerpo fue desplazado más tarde a la homónima iglesia en via Arena, al interior de las Murallas.
El edificio fue construido en el Siglo XIV, pero fue derribado después de dos siglos para construir las Murallas Vénetas. Se volvió a edificarlo en el Siglo XVIII.
¿Sabes qué significa “inter vites”? La iglesia solía estar rodeada por viñedos, desaparecidos ya en el Siglo XVIII. Frente a la iglesia puedes admirar la majestuosa escalera de San Gottardo: su nombre viene del complejo monumental situado por encima de la subida, el cual solía acoger un monasterio suprimido en 1798.
Dentro de la iglesia, en cambio, se halla el ciclo de frescos llamado “Escenas de esqueletos vivientes”, realizado por el artista Paolo Vincenzo Bonomini durante el Siglo XIX. Esta obra se consideró muy provocadora en esa época, porque los esqueletos se parecían muchísimo a unos personajes reales del burgo: el carpinteros, dos frailes rezando, una pareja campesina y dos recién casados burgueses, un tamborilero de la República Cisalpina y hasta el mismo artista con su mujer.
Con estas palabras uno de los cinco compositores más renombrados de siempre describe, en una carta a Simone Mayr, la vivienda de su familia de origen.
La casa donde nació Donizetti, monumento nacional, se halla en Bérgamo, en via Borgo Canale, donde los edificios solían ser muy pobres y arruinados.
La familia del compositor vivía en el sótano del edificio que hoy puede visitarse también en su planta baja, al cual se entraba a través de una escalera estrecha. La vivienda era muy sencilla, formada por dos habitaciones – cocina y dormitorio –, además de un pozo y una nevera.
El destino de Donizetti parece ya sellado: durante su vida entrelazó las notas creando músicas inmortales, tal como sus padres entrelazaban tejidos. De hecho, los padres del Maestro eran sastres y pertenecían a aquella gente humilde ganándose la vida trabajando para los señores de Città Alta. Donizetti logró redimir sus orígenes y dar fama a su ciudad.
La puerta con vistas al oeste se llama Sant’Alessandro y solía ser la entrada a la ciudad por los que venían desde Lecco y Como. Su nombre deriva de la vecina basílica dedicada al santo protector de Bérgamo, Alessandro, que fue destruida en 1561 – como dice una lápida puesta al lado de la única columna supérstite del antigua iglesia – con el fin de construir las Murallas. Una vez cruzada la puerta se encuentra la “Columna de Sant’Alessandro” marcando el lugar exacto donde solía levantarse la iglesia derribada.
Falta un escenario, no menos verde que los demás: el Jardín Botánico “Lorenzo Rota”. Pasa la Porta S. Alessandro, gira a la izquierda y camina por la via Costantino Beltrami hasta el semáforo; aquí se puede cruzar la carretera y afrontar la última subida del día, Scaletta Colle Aperto, que bordea la antigua Upper Polveriera di S. Marco. Por el camino irás encontrando cada vez más esencias y pronto podrás disfrutar del maravilloso jardín del Orto. ¡Vale la pena!
¿Quieres experimentar este espléndido itinerario, pero todo al revés? No hay problema, es un paseo en bucle, por lo que puedes iniciarlo desde cualquiera de sus puntos de interés.
¡Que tengas un buen paseo!
Falta un escenario, no menos verde que los demás: el Jardín Botánico “Lorenzo Rota”. Pasa la Porta S. Alessandro, gira a la izquierda y camina por la via Costantino Beltrami hasta el semáforo; aquí se puede cruzar la carretera y afrontar la última subida del día, Scaletta Colle Aperto, que bordea la antigua Upper Polveriera di S. Marco. Por el camino irás encontrando cada vez más esencias y pronto podrás disfrutar del maravilloso jardín del Orto. ¡Vale la pena!
¿Quieres experimentar este espléndido itinerario, pero todo al revés? No hay problema, es un paseo en bucle, por lo que puedes iniciarlo desde cualquiera de sus puntos de interés.
¡Que tengas un buen paseo!
En 2.400 metros cuadrados, el Jardín acoge más de 1.200 tipos de plantas, buena parte de los cuales dispuestos en micro-hábitat que reproducen o evocan ambientes naturales.
Sólo se puede llegar a pie, recorriendo una escalera de 141 escalones y permite admirar un panorama único que se expande por las cumbres y los monumentos de Ciudad Alta y por las primeras ramificaciones de los Prealpes bergamascos.
