LA BOTTEGA DEL COLTELLO

LA BOTTEGA DEL COLTELLO

Descripción

Esta tienda lleva más de 50 años representando una referencia por el mundo de la cuchillería. Un servicio siempre profesional y atento, donde la tradición encuentra la evolución. El dueño, Eligio Albrosioni,  heredó este negocio por su padre y empezó a crear inmediatamente varias colaboraciones con los artesanos más renombrados del sector, buscando informaciones y conocimientos útiles para mantenerse al día.

En 1995 realizó el primer forjado de damasco en su taller abierto al público. A partir del año 2000 su actividad se encuentra online también: se pueden encontrar informaciones y curiosidades sobre los cuchillos y comprar varios objetos, incluso los que no pueden verse en la tienda debido a sus tamaños. Una pequeña curiosidad: en el almacén hay más de 5000 artículos distintos y 4000 de ellos se venden en la web.

Junto con la asociación Distretto Urbano del Commercio fuimos a encontrar a Eligio Ambrosioni, para escuchar su historia.

“El señor Eligio Ambrosioni trabaja en la Bottega del Coltello de vía Pitentino - Bérgamo - desde hace 1972.

Sus comienzos no fueron fáciles: primero trato oponerse con fuerza a su padre Tarcisio.

Soñaba con emanciparse del negocio de su papá, no le gustaba estudiar y odiaba el trabajo también: “siempre he sido en fermento”, nos dice con una sonrisa astuta.

Lo intentó’ todo para no ir a trabajar en la actividad de su familia, donde incluso su mamá trabajaba; hizo el mozo, el charcutero y también el gasolinero. Luego decidió que tenía enfrentarse seriamente con la parte crítica del convencimiento porque solamente buscando las razones profundas de esta profesión hubiera podido escogerla.

Su relato parece una novela, donde el protagonista - a través de obstáculos y conflictos - llega a tener total conciencia de sí mismo. En el caso de Eligio, lo hace bastante rápidamente: a los diecinueve años, gracias a dos padres llenos de confianza en él - empezó a interesarse en la cuchillería de colección. Quiso convertirse en un experto de este sector y esto es lo que hará.

“No puedes pensar que solamente vas a vivir con tus conocimientos y tu tradición. Los artesanos que supieron mirar más allá han logrado aprender otras cosas”. Eligio escoge con cuidado cada una de sus palabras. No lo hace por prudencia, sino porque quiere que su interlocutor entienda bien. Cuando se lo señalo, ¡dice que seguramente esto se debe a la web!

En el año 2000 puso su actividad comercial online y empezó a vender y comprar cuchillos en todo el mundo. Hoy su web cuenta con aproximadamente 5000 visualizaciones al día y de 25 a 40 correos electrónicos con las solicitudes más extrañas. “Tengo relaciones diarias con mis clientes y para contestar a todos hago ejercicios de síntesis y de paciencia continuamente”.

Eligio dedica mucho de su tiempo a estas relaciones, con las cuales crecen tantos sus clientes cómo él mismo: “Yo realmente creo que con este trabajo mejoré mi nivel de italiano” y añade “Aprendes a compartir y a escuchar y descubres que a menudo para los ingresos económicos se dejan a medias los detalles y no se presta bastante atención a las personas”. En cambio, en una tratativa de negocios se puede ganar mucho más. “Yo, por ejemplo, aprender a reflexionar”.

“Hoy estoy bien con pensar que cuando me explico, incluso logro que me entiendan en inglés” y nos cuenta de cuando utilizando solamente su curiosidad y su entusiasmo - “y cierta cantidad de inconsciencia” agrega sonriendo - hizo su primer viaje a Orlando, Estados Unidos: “sabía decir unas cuantas cosas: sorry, thank you y hello - (ríe) - ¡Fue una experiencia increíble!”

Es cierto que valentía y curiosidad jugaron un papel esencial en su historia: escuchar a Eligio contar sobre la “sofisticacion exasperada” de ciertas manufacturas y de la “obra maestra de ingeniería que son las tijeras” o ver sus manos pasar con estupor sobre la hoja del cuchillo diseñado para abrir las ostras (gracias a la colaboración con el chef récord que supo abrir 900 ostras durante una hora) es como si acabaras de participar en una de las clases más entusiasmantes de la vida, dónde técnica, design y maravilla se mezclan perfectamente.

Salimos del taller de Borgo Santa Caterina con el cuchillo más pequeño que existe en el bolsillo, guardado dentro de una cáscara de nuez. Lo tenemos en las manos igual que un tesoro, esperando que nos ayude a recordar las cosas aprendidas gracias a la generosidad del señor Eligio.

 

A propósito, ¿sabéis quién es San Eligio? El protector de los afiladores. Parece que en casa nadie lo supiese.”

 


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Esta tienda lleva más de 50 años representando una referencia por el mundo de la cuchillería. Un servicio siempre profesional y atento, donde la tradición encuentra la evolución. El dueño, Eligio Albrosioni,  heredó este negocio por su padre y empezó a crear inmediatamente varias colaboraciones con los artesanos más renombrados del sector, buscando informaciones y conocimientos útiles para mantenerse al día.

En 1995 realizó el primer forjado de damasco en su taller abierto al público. A partir del año 2000 su actividad se encuentra online también: se pueden encontrar informaciones y curiosidades sobre los cuchillos y comprar varios objetos, incluso los que no pueden verse en la tienda debido a sus tamaños. Una pequeña curiosidad: en el almacén hay más de 5000 artículos distintos y 4000 de ellos se venden en la web.

Junto con la asociación Distretto Urbano del Commercio fuimos a encontrar a Eligio Ambrosioni, para escuchar su historia.

“El señor Eligio Ambrosioni trabaja en la Bottega del Coltello de vía Pitentino - Bérgamo - desde hace 1972.

Sus comienzos no fueron fáciles: primero trato oponerse con fuerza a su padre Tarcisio.

Soñaba con emanciparse del negocio de su papá, no le gustaba estudiar y odiaba el trabajo también: “siempre he sido en fermento”, nos dice con una sonrisa astuta.

Lo intentó’ todo para no ir a trabajar en la actividad de su familia, donde incluso su mamá trabajaba; hizo el mozo, el charcutero y también el gasolinero. Luego decidió que tenía enfrentarse seriamente con la parte crítica del convencimiento porque solamente buscando las razones profundas de esta profesión hubiera podido escogerla.

Su relato parece una novela, donde el protagonista - a través de obstáculos y conflictos - llega a tener total conciencia de sí mismo. En el caso de Eligio, lo hace bastante rápidamente: a los diecinueve años, gracias a dos padres llenos de confianza en él - empezó a interesarse en la cuchillería de colección. Quiso convertirse en un experto de este sector y esto es lo que hará.

“No puedes pensar que solamente vas a vivir con tus conocimientos y tu tradición. Los artesanos que supieron mirar más allá han logrado aprender otras cosas”. Eligio escoge con cuidado cada una de sus palabras. No lo hace por prudencia, sino porque quiere que su interlocutor entienda bien. Cuando se lo señalo, ¡dice que seguramente esto se debe a la web!

En el año 2000 puso su actividad comercial online y empezó a vender y comprar cuchillos en todo el mundo. Hoy su web cuenta con aproximadamente 5000 visualizaciones al día y de 25 a 40 correos electrónicos con las solicitudes más extrañas. “Tengo relaciones diarias con mis clientes y para contestar a todos hago ejercicios de síntesis y de paciencia continuamente”.

Eligio dedica mucho de su tiempo a estas relaciones, con las cuales crecen tantos sus clientes cómo él mismo: “Yo realmente creo que con este trabajo mejoré mi nivel de italiano” y añade “Aprendes a compartir y a escuchar y descubres que a menudo para los ingresos económicos se dejan a medias los detalles y no se presta bastante atención a las personas”. En cambio, en una tratativa de negocios se puede ganar mucho más. “Yo, por ejemplo, aprender a reflexionar”.

“Hoy estoy bien con pensar que cuando me explico, incluso logro que me entiendan en inglés” y nos cuenta de cuando utilizando solamente su curiosidad y su entusiasmo - “y cierta cantidad de inconsciencia” agrega sonriendo - hizo su primer viaje a Orlando, Estados Unidos: “sabía decir unas cuantas cosas: sorry, thank you y hello - (ríe) - ¡Fue una experiencia increíble!”

Es cierto que valentía y curiosidad jugaron un papel esencial en su historia: escuchar a Eligio contar sobre la “sofisticacion exasperada” de ciertas manufacturas y de la “obra maestra de ingeniería que son las tijeras” o ver sus manos pasar con estupor sobre la hoja del cuchillo diseñado para abrir las ostras (gracias a la colaboración con el chef récord que supo abrir 900 ostras durante una hora) es como si acabaras de participar en una de las clases más entusiasmantes de la vida, dónde técnica, design y maravilla se mezclan perfectamente.

Salimos del taller de Borgo Santa Caterina con el cuchillo más pequeño que existe en el bolsillo, guardado dentro de una cáscara de nuez. Lo tenemos en las manos igual que un tesoro, esperando que nos ayude a recordar las cosas aprendidas gracias a la generosidad del señor Eligio.

 

A propósito, ¿sabéis quién es San Eligio? El protector de los afiladores. Parece que en casa nadie lo supiese.”