Las intenciones de renovar la propuesta gastronómica para encontrar una nueva identidad empezando por los productos del valle ya están dando sus frutos. Claudio Rubis supo dar una nueva imagen gastronómica al restaurante de la Staletta - que se convirtió en un restaurante en 1973.
Además de los “clásicos” de la casa, siempre presentes en el menú - como la polenta contadina, los casoncelli o la polenta taragna que acompaña las carnes estofadas, el conejo y las setas, han aparecido comidas en línea con el territorio y bien pesados, bien presentados y sobre todo bien elaborados.
Destacan algunos primeros platos recientes como los raviolis negros (se añade carbón vegetal a la masa) rellenos de queso Branzi y condimentados con setas calabaza de Mezzoldo y trufa negra de Bracca; o también como los ñoquis de pan sazonados con el queso stracchino de cabra de la empresa agrícola Locatelli (al otro lado del río Brembo, por la ruta que va a Stabello) y la hierba al limón.
A continuación, las carnes a la parrilla de Walter Carminati, ganadero local que se ocupa de bueyes de raza de Piemonte. O en alternativa los “nosecc”, los rollos de costas (de berza en invierno) rellenos de pan rallado y queso Grana Padano, servidos - como de costumbre - sobre una deliciosa rebanada de polenta del día anterior.
También con los postres se hicieron muchos progresos, realmente interesantes: casoncelli fritos rellenos de ricotta con miel y frambuesas; postre helado a la albahaca con fruta, verdura e hidromiel (fermentado de miel de castaño producido por una empresa de Piazza Brembana).
LA CUENTA: comida completa, sin vinos, 30-35 euros.
MÁS INFORMACIÓN
Abierto para el almuerzo (12-14.30) y la cena (19-22.30); cerrado las noches de martes y miércoles
Las intenciones de renovar la propuesta gastronómica para encontrar una nueva identidad empezando por los productos del valle ya están dando sus frutos. Claudio Rubis supo dar una nueva imagen gastronómica al restaurante de la Staletta - que se convirtió en un restaurante en 1973.
Además de los “clásicos” de la casa, siempre presentes en el menú - como la polenta contadina, los casoncelli o la polenta taragna que acompaña las carnes estofadas, el conejo y las setas, han aparecido comidas en línea con el territorio y bien pesados, bien presentados y sobre todo bien elaborados.
Destacan algunos primeros platos recientes como los raviolis negros (se añade carbón vegetal a la masa) rellenos de queso Branzi y condimentados con setas calabaza de Mezzoldo y trufa negra de Bracca; o también como los ñoquis de pan sazonados con el queso stracchino de cabra de la empresa agrícola Locatelli (al otro lado del río Brembo, por la ruta que va a Stabello) y la hierba al limón.
A continuación, las carnes a la parrilla de Walter Carminati, ganadero local que se ocupa de bueyes de raza de Piemonte. O en alternativa los “nosecc”, los rollos de costas (de berza en invierno) rellenos de pan rallado y queso Grana Padano, servidos - como de costumbre - sobre una deliciosa rebanada de polenta del día anterior.
También con los postres se hicieron muchos progresos, realmente interesantes: casoncelli fritos rellenos de ricotta con miel y frambuesas; postre helado a la albahaca con fruta, verdura e hidromiel (fermentado de miel de castaño producido por una empresa de Piazza Brembana).
LA CUENTA: comida completa, sin vinos, 30-35 euros.
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Abierto para el almuerzo (12-14.30) y la cena (19-22.30); cerrado las noches de martes y miércoles
