Marziali e Farneti Ottici

Marziali e Farneti Ottici

Descripción

Por muchos, Marziali e Farneti es un emblema, una marca histórica presente en distintas tiendas de optometría en Bérgamo y su territorio. 

Con el Distretto Urbano del Commercio encontramos a Romano Marziali y a Bruno Farneti, dueños de este negocio, para saber más sobre la historia de su actividad comercial.  

Se trata sobre todo de una historia de amistad, una amistad que nació en Suiza en los años Cincuenta. Otra vez, una empresa que nace a partir de una unión, entre dos hombres jóvenes que luego fueron cuñados y sobre todo amigos fraternos. 

Cuando era niño, Romano empezó a trabajar en la tienda del óptico Isnenghi, encantado por los mecanismos; al comienzo se ocupaba sobre todo de llenar el contenedor del agua utilizado para enfriarlos y de vaciar el contenedor de los desechos. Esto fue suficiente para despertar su voluntad y para volver a estudiar, hasta obtener la licencia de òptico algunos años después.  

Luego invitó a participar en el negocio a Bruno, marido de su hermana, de Emilia Romagna, amable y sociable. Los dos montaron primero un laboratorio, luego abrieron la primera tienda en Treviglio en 1963.

Los dos forman un equipo perfecto: el señor Farneti se ocupa de la parte comercial, por el otro lado marziali atiende a la parte técnica, con una pasión audaz y particular por el marketing. 

Sus dependientes describen el primero como un “hombre juguetón que amaba pasar el tiempo con nosotros y nos contaba siempre chistes”, mientras que el segundo era mucho más “riguroso y severo”. 

Una mezcla perfecta a la cual - según sus hijos - se puede agregar el hecho de que eran unos gran trabajadores - “En esa época no existían los domingos, siempre se trabajaba” - y confiaban totalmente uno del otro. 

Hoy el negocio, que sigue creciendo, lo manejan Luca Marziali y Liliana con Valentina Farneti, hijos de estos dos extraordinarios padres, que nos los describen con delicadez y admiración. 

“Por ellos aprendí el amor por el trabajo y la honradez: no hay que vender un productos a toda costa, sino que buscar lo que puede ayudar a solucionar un problema - dice Liliana - , entiendo que igual que ellos me importa mucho y trato actuar bien”. ¿Y tu, Luca? “Por Farneti seguramente heredé el talento de hablar con todos en armonía, mientras que por mi padre tuve la pasión por el marketing, sobre el cual seguimos hablando”. 

Marziali y Farneti fueron dos empresarios atrevidos, que apostaron por la calidad, sobre todo de las lentes médicas - que siguen siendo la joya de la corona de la empresa - y supieron cultivar una empresa que cuenta con aproximadamente sesenta dependientes al día de hoy.  

Además, fueron también dos visionarios: dedicándose en la investigación e invirtiendo dinero - con un adelanto de algunas décadas - en la formación de los vendedores y en la comunicación. 

Una apertura mental extraordinaria, que les ha permitido convertirse en un grupo y adquirir nuevas tiendas manteniendo las viejas marcas y permitiendo a los viejos dueños de regresar cuando lo desearan, además de pequeñas participaciones de afiliados para incluirles en la familia y en la empresa.   

¿Y sus mujeres? A ellas se ha dedicado la nueva marca que lleva sus apellidos - Pavoni e Valli - y las nuevas tiendas especializadas para familias, donde la calidad es la misma, con una propuesta más atenta a los gastos familiares. Una forma sencilla de agradecer y honrar el compromiso de las numerosas mujeres y madres en cada economía familiar. 

Hoy Liliana, Valentina y Luca continúan esta extraordinaria historia empresarial, sin olvidar que sus padre les enseñaron sobre todo el valor del buen ejemplo, conservado en una frase tan sencilla como eficaz: “Recuerda: por la mañana, siempre tienes que ser el primero que entra en la tienda”. 

 


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Por muchos, Marziali e Farneti es un emblema, una marca histórica presente en distintas tiendas de optometría en Bérgamo y su territorio. 

Con el Distretto Urbano del Commercio encontramos a Romano Marziali y a Bruno Farneti, dueños de este negocio, para saber más sobre la historia de su actividad comercial.  

Se trata sobre todo de una historia de amistad, una amistad que nació en Suiza en los años Cincuenta. Otra vez, una empresa que nace a partir de una unión, entre dos hombres jóvenes que luego fueron cuñados y sobre todo amigos fraternos. 

Cuando era niño, Romano empezó a trabajar en la tienda del óptico Isnenghi, encantado por los mecanismos; al comienzo se ocupaba sobre todo de llenar el contenedor del agua utilizado para enfriarlos y de vaciar el contenedor de los desechos. Esto fue suficiente para despertar su voluntad y para volver a estudiar, hasta obtener la licencia de òptico algunos años después.  

Luego invitó a participar en el negocio a Bruno, marido de su hermana, de Emilia Romagna, amable y sociable. Los dos montaron primero un laboratorio, luego abrieron la primera tienda en Treviglio en 1963.

Los dos forman un equipo perfecto: el señor Farneti se ocupa de la parte comercial, por el otro lado marziali atiende a la parte técnica, con una pasión audaz y particular por el marketing. 

Sus dependientes describen el primero como un “hombre juguetón que amaba pasar el tiempo con nosotros y nos contaba siempre chistes”, mientras que el segundo era mucho más “riguroso y severo”. 

Una mezcla perfecta a la cual - según sus hijos - se puede agregar el hecho de que eran unos gran trabajadores - “En esa época no existían los domingos, siempre se trabajaba” - y confiaban totalmente uno del otro. 

Hoy el negocio, que sigue creciendo, lo manejan Luca Marziali y Liliana con Valentina Farneti, hijos de estos dos extraordinarios padres, que nos los describen con delicadez y admiración. 

“Por ellos aprendí el amor por el trabajo y la honradez: no hay que vender un productos a toda costa, sino que buscar lo que puede ayudar a solucionar un problema - dice Liliana - , entiendo que igual que ellos me importa mucho y trato actuar bien”. ¿Y tu, Luca? “Por Farneti seguramente heredé el talento de hablar con todos en armonía, mientras que por mi padre tuve la pasión por el marketing, sobre el cual seguimos hablando”. 

Marziali y Farneti fueron dos empresarios atrevidos, que apostaron por la calidad, sobre todo de las lentes médicas - que siguen siendo la joya de la corona de la empresa - y supieron cultivar una empresa que cuenta con aproximadamente sesenta dependientes al día de hoy.  

Además, fueron también dos visionarios: dedicándose en la investigación e invirtiendo dinero - con un adelanto de algunas décadas - en la formación de los vendedores y en la comunicación. 

Una apertura mental extraordinaria, que les ha permitido convertirse en un grupo y adquirir nuevas tiendas manteniendo las viejas marcas y permitiendo a los viejos dueños de regresar cuando lo desearan, además de pequeñas participaciones de afiliados para incluirles en la familia y en la empresa.   

¿Y sus mujeres? A ellas se ha dedicado la nueva marca que lleva sus apellidos - Pavoni e Valli - y las nuevas tiendas especializadas para familias, donde la calidad es la misma, con una propuesta más atenta a los gastos familiares. Una forma sencilla de agradecer y honrar el compromiso de las numerosas mujeres y madres en cada economía familiar. 

Hoy Liliana, Valentina y Luca continúan esta extraordinaria historia empresarial, sin olvidar que sus padre les enseñaron sobre todo el valor del buen ejemplo, conservado en una frase tan sencilla como eficaz: “Recuerda: por la mañana, siempre tienes que ser el primero que entra en la tienda”.