El compositor del siglo XIX famoso a nivel internacional es muy apreciado aquí y desempeña también el papel de embajador de la ciudad en el mundo. ¡Desde el centro de Bérgamo hasta el corazón de la Ciudad Vieja, hay un montón de muestras de las obras y de la vida del Maestro!
El corazón de Bérgamo late por Gaetano Donizetti: el majestuoso Teatro, que fue dedicado a él en 1897, y el monumento también demuestran claramente el amor de la ciudad. Tomar el autobús número 1 para alcanzar Colle Aperto, o bien subir por la escalera del Funicular y recorrer via Tre Armi hasta llegar a via Borgo Canale. Aquí queda la casa natal de Donizetti. En la taquilla, pedir los cascos y escuchar la voz del Maestro describiendo la vida diaria de su familia. Seguir caminando hasta via Colleoni y entrar en el espléndido Teatro Sociale, donde Donizetti actuó por primera vez, y que hoy acoge la sede del punto de información turística y de la programación del festival musical Donizetti Opera.
El corazón de Bérgamo late por Gaetano Donizetti: el majestuoso Teatro, que fue dedicado a él en 1897, y el monumento también demuestran claramente el amor de la ciudad. Tomar el autobús número 1 para alcanzar Colle Aperto, o bien subir por la escalera del Funicular y recorrer via Tre Armi hasta llegar a via Borgo Canale. Aquí queda la casa natal de Donizetti. En la taquilla, pedir los cascos y escuchar la voz del Maestro describiendo la vida diaria de su familia. Seguir caminando hasta via Colleoni y entrar en el espléndido Teatro Sociale, donde Donizetti actuó por primera vez, y que hoy acoge la sede del punto de información turística y de la programación del festival musical Donizetti Opera.
El Teatro Donizetti tiene una superficie total de 3.200 metros cuadros. La sala principal mantuvo el diseño original de 1786: mide 360 metros cuadros y cuenta con una capacidad de 532 asientos. Hay 102 palcos, divididos en tres filas, para un total de 1154 asientos.
Es fácil entender el estupor de los bergamascos al ver este magnifico edificio, durante una época cuando sólo existían pequeños teatros provisionales de madera.
En el centro de la sala pende una centelleante araña de cristal con 78 lámparas, mientras que otras fuentes de luz se encuentran en los palcos.
Debido a la distribución y la harmonía del sonido, se considera como uno de los mejores teatros de Italia.
El nombre original era “Riccardi”, del apellido de su constructor. Este Teatro es sobre todo el lugar donde los conciudadanos del gran maestro bergamasco Donizetti conocieron y apreciaron sus óperas – más de 70. Imagínate la emoción de Donizetti al verse homenajeado por una ovación sincera y cariñosa por parte del público presente en teatro en ocasión del estreno de L’esule a Roma. Esta “consagración” ocurrió en 1840; Donizetti iba a fallecer en Bérgamo, su ciudad de nacimiento, unos años después, en 1848.
Con estas palabras uno de los cinco compositores más renombrados de siempre describe, en una carta a Simone Mayr, la vivienda de su familia de origen.
La casa donde nació Donizetti, monumento nacional, se halla en Bérgamo, en via Borgo Canale, donde los edificios solían ser muy pobres y arruinados.
La familia del compositor vivía en el sótano del edificio que hoy puede visitarse también en su planta baja, al cual se entraba a través de una escalera estrecha. La vivienda era muy sencilla, formada por dos habitaciones – cocina y dormitorio –, además de un pozo y una nevera.
El destino de Donizetti parece ya sellado: durante su vida entrelazó las notas creando músicas inmortales, tal como sus padres entrelazaban tejidos. De hecho, los padres del Maestro eran sastres y pertenecían a aquella gente humilde ganándose la vida trabajando para los señores de Città Alta. Donizetti logró redimir sus orígenes y dar fama a su ciudad.
No hay ni porche ni columnatas en la entrada del Teatro Sociale, siendo la calle muy estrecha, pero el resultado es sorprendente: al entrar, vas a encontrar un entorno mágico, elegante y acogedor, gracias a los parapetos y las vigas de madera.
El desarrollo vertical de los palcos, puestos en tres órdenes más un cuarto gallinero, representa visivamente la jerarquía en vigor entre las clases aristocráticas de esa época. El grupo de aristócratas financiando la obra pidió explícitamente al arquitecto Leonardo Pollack este tipo de estructura, para que “cristalizara” y subrayara las diferencias de clase. De hecho, el Teatro della Società – este era su nombre original – nació para responder a un desafío: detener la constante y progresiva pérdida de la primacía de Città Alta a favor de los burgos de Bérgamo Baja. Sin embargo, pese a su belleza, el Teatro no será suficiente para cambiar el curso de la historia.
Seguir a lo largo de via Colleoni. En la izquierda hay un gran edificio blanco de estilo neoclásico: es el llamado Palazzo Nuovo, sede de la Biblioteca Mai. Entre sus tesoros hay también la partitura original escrita por Donizetti de la ópera Lucia di Lammermoor. Cruzar la espléndida Piazza Vecchia y continuar hacia Piazza Duomo: aquí se encuentra la Basílica de Santa Maria Maggiore, le joya de la corona de Bérgamo. En su interior es posible admirar el sepulcro de Gaetano Donizetti, decorado con los bajorrelieves de 7 querubines representando las 7 notas musicales. A poca distancia de la basílica se halla Palazzo Scotti, donde el Maestro falleció.
Seguir a lo largo de via Colleoni. En la izquierda hay un gran edificio blanco de estilo neoclásico: es el llamado Palazzo Nuovo, sede de la Biblioteca Mai. Entre sus tesoros hay también la partitura original escrita por Donizetti de la ópera Lucia di Lammermoor. Cruzar la espléndida Piazza Vecchia y continuar hacia Piazza Duomo: aquí se encuentra la Basílica de Santa Maria Maggiore, le joya de la corona de Bérgamo. En su interior es posible admirar el sepulcro de Gaetano Donizetti, decorado con los bajorrelieves de 7 querubines representando las 7 notas musicales. A poca distancia de la basílica se halla Palazzo Scotti, donde el Maestro falleció.
Palazzo Nuovo cierra el lado de Piazza Vecchia situado más allá de via Colleoni como si fuera un bastidor. Se denomina así en contraposición con el Palazzo Vecchio (“Palacio Viejo”) o Palazzo della Ragione, en el lado opuesto de la plaza.
Se tardó nada menos de tres siglos para construirlo: las obras empezaron en 1604 y terminaron en 1928. Durante tres siglos el edificio fue también la sede del Ayuntamiento de Bérgamo.
Desde 1928 el Palacio acoge una de las bibliotecas italianas más destacadas, la Civica Angelo Mai, la cual conserva pergaminos, códigos, incunables, partituras musicales de inmenso valor. Dentro de la biblioteca, en el centro de la Sala Tassiana puedes admirar los maravillosos globos realizados por Vincenzo Maria Coronelli, cosmógrafo de la república de Venecia. Se remontan al año 1688 y 1692, tienen una circunferencia de casi 3.5 metros y están compuestos por 50 hojas ilustradas. Obsérvalos bien: ¿son tan distintos de nuestros globos?
Hay un vinculo estrecho y antiguo entre la ciudad y la Basílica de Santa María Maggiore, debido probablemente a las raras condiciones de su edificación.
En los primeros años del 1100, una terrible epidemia de peste se difuso por toda Europa provocando muerte y desolación. Los habitantes de Bérgamo decidieron pedir socorro a la Madonna: si les hubiera protegido por el contagio, le habrían dedicado una iglesia para darle las gracias. Y como los bergamascos siempre mantienen la palabra, en 1137 respetaron el voto y construyeron la Basílica de Santa Maria Maggiore en la Piazza del Duomo, en Città Alta.
La iglesia manifestó de inmediato su esplendor, y fue enriquecida aún más en los siglos siguientes. Frescos, estucos, tapices y taraceas de madera realizadas siguiendo los diseños del famosísimo artista Lorenzo Lotto decoran hoy el interior del edificio.
Dentro de Santa Maria Maggiore se guarda, además el monumento fúnebre para Gaetano Donizetti, destacado compositor, símbolo y portavoz de Bérgamo en el mundo.
En la calle dedicada al maestro Gaetano Donizetti se sitúa el edificio donde pasó los últimos días de su vida: Palazzo Scotti. Las habitaciones que acogieron a Donizetti están en la primera planta y están pintadas al fresco con obras realizadas por los pintores Camuzio y Bonomini, en estilo neoclásico. Las muestras de su vida coleccionadas aquí han sido donadas posteriormente al Museo Donizettiano, sobre todo los muebles y los objetos de su dormitorio, como su alfombra, la cama y la manta, además del pianoforte que Donizetti compró para los Basoni en Viena en 1844. Recordando la presencia del Maestro quedan un retrato realizado por Giuseppe Rilossi y la escrita, fuera del edificio, “Gaetano Donizetti falleció aquí el 8 de abril de 1848”:
El Museo Donizettiano de via Arena conserva las reliquias de la vida de Donizetti, como las cartas, muchos recuerdos de familia, páginas autógrafas y el pianoforte de la familia de su mujer, con el cual compuso sus célebres piezas. Otra sede del museo es la Domus Magna, lugar de encuentro de artistas e intelectuales, que solía ser la sede de la escuela de música donde el mismo Donizetti estudió. A poca distancia queda Casa Angelini, donde Donizetti tomó clases con el compositor bávaro Simone Mayr. Entre las numerosas obras de arte conservadas en la Accademia Carrara es posible admirar también la pintura realizada por Ponziano Loverini representando al Maestro el cual, aun estando a punto de morir, marca con la mano el ritmo de la música tocada con el pianoforte.
El Museo Donizettiano de via Arena conserva las reliquias de la vida de Donizetti, como las cartas, muchos recuerdos de familia, páginas autógrafas y el pianoforte de la familia de su mujer, con el cual compuso sus célebres piezas. Otra sede del museo es la Domus Magna, lugar de encuentro de artistas e intelectuales, que solía ser la sede de la escuela de música donde el mismo Donizetti estudió. A poca distancia queda Casa Angelini, donde Donizetti tomó clases con el compositor bávaro Simone Mayr. Entre las numerosas obras de arte conservadas en la Accademia Carrara es posible admirar también la pintura realizada por Ponziano Loverini representando al Maestro el cual, aun estando a punto de morir, marca con la mano el ritmo de la música tocada con el pianoforte.
Detrás de la Basílica de Santa Maria Maggiore, camina por la silenciosa calle llamada via Arena y alcanza la Domus Magna: aquí, en la primera plante, hay la sede del Museo Donizettiano.
Esta antigua vivienda se remonta al siglo XIII y ha sido renovada durante la segunda mitad del siglo XX. Entre otras cosas, fue también la sede del Instituto Musical fundado por el músico bavaro Simone Mayr durante el Siglo XIX. Se trataba de in un instituto de caridad, donde las personas con poco dinero podían atender las clases: de esta forma, desde 1806 hasta 1815, el futuro compositor más renombrado de la ciudad, Gaetano Donizetti, frecuentó las clases.
Se dice que Donizetti demostró ser muy talentoso ya al llegar, y aprendió los secretos de la composición por maestros como Francesco Salari, Antonio Gonzales y el mismo Simone Mayr. ¿Sabías que aquí conoció también a Vincenzo Bellini? Cuando él falleció, compuso por él la misa de réquiem, que – sin embargo – solamente se tocó muchos años más tarde, en 1870, en la basílica de Santa Maria Maggiore.
Museo
La Accademia Carrara en Bergamo es un museo con una identidad específica y, en ciertos aspectos, única, estrechamente vinculada a sus orígenes y su historia. A diferencia de muchos museos italianos, la Carrara es el resultado del ambicioso proyecto de Giacomo Carrara (1714-1796) de promover la creación de una institución cultural que combinara el placer y la educación, sirviendo tanto como una galería de arte como una escuela de pintura. El éxito de esta idea se evidencia por la densa serie de grandes y pequeñas donaciones realizadas durante más de dos siglos por particulares e instituciones que, junto con algunas adquisiciones específicas, se han sumado al núcleo original del fundador. Además de la Carrara, encabezando la larga lista de donantes, destacan figuras como Guglielmo Lochis, Giovanni Morelli, Federico Zeri y Mario Scaglia. Sus colecciones constituyen la columna vertebral del museo y contribuyen a definir el carácter diverso y articulado de su patrimonio.
El renovado recorrido para los visitantes está organizado en 16 salas de diferentes tamaños, exhibiendo un total de 350 obras, incluyendo pinturas, esculturas, medallas y placas. De este modo, el visitante tiene la oportunidad de emprender un viaje de cinco siglos a través de la historia del arte italiano, desde el Renacimiento hasta el siglo XIX, encontrando obras maestras de Pisanello, Mantegna, Botticelli, Rafael, Tiziano, Lotto, Moroni, Hayez y Pellizza da Volpedo.
