POLENTA

POLENTA

Ingredientes

500 g de harina “bramata della bergamasca” o “farina bramàda”.
1,8 litros de agua
10 g de sal gruesa

 

Descripción

Para preparar una polenta excelente hace falta tener tiempo, paciencia, buena harina…y saber “escuchar sus tiempos”. Después de verter la harina de maíz en agua salada hirviendo hay que removerla, ¡pero no es tan fácil! “Menare” – o sea mezclar la polenta no es sencillo: el codo no tiene que moverse y tiene que quedar elevado…es la muñeca la que dirige. El secreto es no revolver continuamente: al comienzo sólo una vez cada 5 minutos, luego hay que aumentar los intervalos hasta llegar a quince minutos, a fuego moderado – de manera que no salpique ni se mantenga firme. ¡La polenta tiene que bufar como un tren! 


Poner un caldero de cobre con el agua sobre el hornillo. Cuando el agua comienza a hervir, poner la sal, reducir la intensidad del fuego y echar la harina de maíz muy lentamente, revolviendo sin parar con una batidora.
Cubrir y dejar hinchar la polenta durante dos minutos. Durante esta primera fase, seguir revolviendo de manera que no se formen grumos.
Al terminar, hay que formarse una corteza alrededor del caldero: la polenta se despegará de esta en el centro. Con una maniobra rápida, echar la polenta en un tablero de madera.
Si no tienes el caldero de cobre puedes utilizar una olla hecha con un buen conductor de calor, con el ángulo entre el fondo y las paredes ligeramente redondeado. Además, existen también cobres eléctricos.

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Para preparar una polenta excelente hace falta tener tiempo, paciencia, buena harina…y saber “escuchar sus tiempos”. Después de verter la harina de maíz en agua salada hirviendo hay que removerla, ¡pero no es tan fácil! “Menare” – o sea mezclar la polenta no es sencillo: el codo no tiene que moverse y tiene que quedar elevado…es la muñeca la que dirige. El secreto es no revolver continuamente: al comienzo sólo una vez cada 5 minutos, luego hay que aumentar los intervalos hasta llegar a quince minutos, a fuego moderado – de manera que no salpique ni se mantenga firme. ¡La polenta tiene que bufar como un tren! 


Poner un caldero de cobre con el agua sobre el hornillo. Cuando el agua comienza a hervir, poner la sal, reducir la intensidad del fuego y echar la harina de maíz muy lentamente, revolviendo sin parar con una batidora.
Cubrir y dejar hinchar la polenta durante dos minutos. Durante esta primera fase, seguir revolviendo de manera que no se formen grumos.
Al terminar, hay que formarse una corteza alrededor del caldero: la polenta se despegará de esta en el centro. Con una maniobra rápida, echar la polenta en un tablero de madera.
Si no tienes el caldero de cobre puedes utilizar una olla hecha con un buen conductor de calor, con el ángulo entre el fondo y las paredes ligeramente redondeado. Además, existen también cobres eléctricos.