MAÍZ

MAÍZ

Descripción

En italiano el maíz se llama “grano turco”, o sea “trigo turco”. ¿Por qué? Probablemente este cereal llegó a Bérgamo a través de los intercambios comerciales entre Turquía y la República de Venecia.
Originario de América, descubierta por Cristóbal Colón en 1492, llegó a Italia solamente en 1520. Después de la difidencia inicial, el maíz fue acogido por la cocina italiana y se convirtió en una comida imprescindible para muchos otros: quesos, setas, caza, huevos.
El principal plato obtenido por el maíz es la polenta: conocida en todo el mundo, es compacta y firme y se corta con un hilo. Puedes cocinarla sólo muy lentamente y removiendo sin parar, ¡pero merece la pena!


Antes de que el maíz llegara a la zona de Bérgamo, no se utilizaba para preparar la polenta. ¡Fue una verdadera innovación! De hecho, los Maya no conocían este empleo de la harina de maíz.
La polenta bergamasca es un verdadero “must” y el maíz forma parte de la tradición gastronómica de Bérgamo: este es uno de los motivos por los cuales en Bérgamo se estableció – en 1920 – el CREA – MAC, un centro de investigación para el cultivo del maíz.
A lo largo del territorio se cultivan unas variedades tradicionales bergamascas, entre las cuales: Rostrato de Rovetta De. Co., Spinato de Gandino De. Co., nostrano dell’Isola, scagliolo de Marne, cinquantino de Stezzano.
En Gandino crearon con el rampì – la variedad local de maíz – unos productos deliciosos acentuando su sabor intenso y su perfume: la spinetta (gallega), el pan spinato, las perlas de Gandino (raviolis con harina de maíz), los buñuelos salados, la “delizia” (tarta de cebollas) y la spinata, una mezcla entre pizza y piadina.
Si vas a visitar el pueblo de Gandino en septiembre, recuérdate que el día antes del segundo domingo tiene lugar una gran fiesta dedicada al maíz: la “Scartocciatura” – despinoche de las panículas.

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En italiano el maíz se llama “grano turco”, o sea “trigo turco”. ¿Por qué? Probablemente este cereal llegó a Bérgamo a través de los intercambios comerciales entre Turquía y la República de Venecia.
Originario de América, descubierta por Cristóbal Colón en 1492, llegó a Italia solamente en 1520. Después de la difidencia inicial, el maíz fue acogido por la cocina italiana y se convirtió en una comida imprescindible para muchos otros: quesos, setas, caza, huevos.
El principal plato obtenido por el maíz es la polenta: conocida en todo el mundo, es compacta y firme y se corta con un hilo. Puedes cocinarla sólo muy lentamente y removiendo sin parar, ¡pero merece la pena!


Antes de que el maíz llegara a la zona de Bérgamo, no se utilizaba para preparar la polenta. ¡Fue una verdadera innovación! De hecho, los Maya no conocían este empleo de la harina de maíz.
La polenta bergamasca es un verdadero “must” y el maíz forma parte de la tradición gastronómica de Bérgamo: este es uno de los motivos por los cuales en Bérgamo se estableció – en 1920 – el CREA – MAC, un centro de investigación para el cultivo del maíz.
A lo largo del territorio se cultivan unas variedades tradicionales bergamascas, entre las cuales: Rostrato de Rovetta De. Co., Spinato de Gandino De. Co., nostrano dell’Isola, scagliolo de Marne, cinquantino de Stezzano.
En Gandino crearon con el rampì – la variedad local de maíz – unos productos deliciosos acentuando su sabor intenso y su perfume: la spinetta (gallega), el pan spinato, las perlas de Gandino (raviolis con harina de maíz), los buñuelos salados, la “delizia” (tarta de cebollas) y la spinata, una mezcla entre pizza y piadina.
Si vas a visitar el pueblo de Gandino en septiembre, recuérdate que el día antes del segundo domingo tiene lugar una gran fiesta dedicada al maíz: la “Scartocciatura” – despinoche de las panículas.

Dónde puede encontrar este producto

Curiosidad

Hubo un tiempo en el que, al faltar el tabaco, los chicos se escondían entre el maíz para fumar la “barba del canù de la mèlga” – la barba de las panículas del maíz. Envuelta en el papel de los periódicos o bien fumada con refinadas pipas construidas con cáscara de castaño de Indias y saúco.

Entre los canù, los niños jugaban a escondite y a veces se quedaban dormidos esperando ser descubiertos.