Que tu prefieras el arte o bien pasear sin destino por las calles del centro, en Città Bassa vas a pasar seis horas de categoría.
Aquí te recomendamos un itinerario que sale desde Porta Nuova (siglo XIX) y termina en la Pinacoteca de la Accademia Carrara.
Una ruta que pasa por el Sentierone y continua a lo largo de via Tasso y Borgo Pignolo, dónde vas a encontrar personajes destacados, desde Gaetano Donizetti hasta Lorenzo Lotto.
Un viaje por el estilo sobrio y “neoclásico” del siglo XIX de los dos “propileos” que destacan el Largo Porta Nuova desde 1837, la puerta abierta de la ciudad realizada dónde en el pasado habían las antiguas murallas de la aduana.
Más allá de ellos ya te encuentras en el corazón de Bérgamo Baja, “Città Bassa”, tal como lo diseñó el arquitecto romano Marcello Piacentini para reemplazar el antiguo recinto ferial del siglo XVIII.
Un viaje por el estilo sobrio y “neoclásico” del siglo XIX de los dos “propileos” que destacan el Largo Porta Nuova desde 1837, la puerta abierta de la ciudad realizada dónde en el pasado habían las antiguas murallas de la aduana.
Más allá de ellos ya te encuentras en el corazón de Bérgamo Baja, “Città Bassa”, tal como lo diseñó el arquitecto romano Marcello Piacentini para reemplazar el antiguo recinto ferial del siglo XVIII.
El centro de la Bérgamo contemporánea es el lugar perfecto para dar un paseo e ir de compras, en el nombre de la diversión, del arte y de la historia.
Este espléndida calle centenaria es también nombrado Centro Piacentiniano: se trata de un fantástico conjunto arquitectónico que solía acoger la antigua feria de la ciudad.
Esta misma atmosfera de antaño vuelve a percibirse muy a menudo, gracias a los numerosos eventos y mercados típicos que animan el centro a lo largo del año, con miles de colores y perfumes.
A lo largo del Sentierone, bordeando la hilera de castaños y yendo más allá de los Propileos de Porta Nuova, se alcanza via XX Settembre, a la cual se asoma Palazzo Frizzoni, la sede del Ayuntamiento.
A partir de aquí sólo hay que dejarse llevar por la intensa vida local: vas a encontrar boutiques y todo tipo de tienda, pequeñas plazas y preciosísimos callejones, todo en el nombre de la diversión.
Y por fin, ¡disfruta con un café o bien un aperitivo en uno de los numerosos locales animando este rincón de la ciudad!
El tren es el mejor medio de transporte para llegar a Bérgamo: al salir de la estación, la ciudad puede admirarse en toda su gloria. La vista sigue una línea recta hasta Porta Nuova, el corazón de la Ciudad Baja. Levantando un poco la cabeza, la mirada se llena de la silueta majestuosa y perfecta de las colinas de la Ciudad Alta.
En 1847, la vieja puerta insertada en las “Muraine”, las poderosas murallas del siglo XV rodeando las colinas y bajando hasta la Ciudad Baja y los burgos, se reemplazó con una verja de hierro abriendo una brecha en la fortificación: es la Porta Nuova, la puerta nueva.
Este lugar representó durante mucho tiempo la entrada principal a la zona comercial de Bérgamo. Hoy sigue siendo el eje en torno al cual se desarrollan las calles y los monumentos más importantes de Bérgamo Baja.
Un momento de relax en uno de los elegantes cafés del “Quadriportico”, los Soportales del Sentierone: luego nuestro paseo puede seguir en dirección de Borgo Pignolo, a lo largo de via Tasso.
Vamos a encontrar a dos maestros del arte durante nuestro camino: Gaetano Donizetti, al cual se ha dedicado el mayor teatro de la ciudad, y el inmenso pintor Lorenzo Lotto, cuyas obras maestras se pueden admirar en las iglesias de S Bartolomeo e Stefano, S. Spirito y S. Bernardino.
Un momento de relax en uno de los elegantes cafés del “Quadriportico”, los Soportales del Sentierone: luego nuestro paseo puede seguir en dirección de Borgo Pignolo, a lo largo de via Tasso.
Vamos a encontrar a dos maestros del arte durante nuestro camino: Gaetano Donizetti, al cual se ha dedicado el mayor teatro de la ciudad, y el inmenso pintor Lorenzo Lotto, cuyas obras maestras se pueden admirar en las iglesias de S Bartolomeo e Stefano, S. Spirito y S. Bernardino.
Al final del lado oriental del paseo llamado Sentierone puedes ir a visitar la Iglesia de los Santos Bartolomeo y Stefano, construida por la Orden de los Dominicanos durante la primera mitad del Siglo XVII y diseñada por el arquitecto Antonio Maria Caneva.
El Dominicano no fue la primera orden religiosa viviendo aquí: de hecho, el sitio solía pertenecer a una comunidad de la Orden de los Humiliati. En el pasado la estructura era mucho más compleja y contaba con una iglesia y unas casas rurales.
Si observas la iglesia desde afuera, puedes notar las distintas épocas de su edificación: la fachada imita el estilo barroco y fue renovada en el año 1897, el poche exterior izquierdo fue realizado en 1942, mientras que el lado con vistas a via Tasso se remonta al Siglo XIX. Dentro de la iglesias se halla una única nave con cinco capillas por cada lado. El coro está decorado con taraceas de madera del siglo XVI y por detrás del altar mayor puede admirarse el renombrado Retablo Martinengo de Lorenzo Lotto, realizado en el año 1516.
Caminando a lo largo de via Tasso, en el centro de Bérgamo Baja, es difícil no pararse y admirar la fachada rústica de esta iglesia, caracterizada por esta majestuosa escultura de bronce representando la venida del Espíritu Santo en la anteiglesia.
La estructura original del edificio pertenecía a un monasterio del Siglo XIV: un grupo de ricos mercantes del Siglo XVI quiso afirmar su posición social no sólo a través de elegantes palacios, sino también por medio de una iglesia, así que decidió transformarla radicalmente.
Fue extremamente arduo remodelar la iglesia. Durante épocas distintas los dos mayores arquitectos bergamascos tomaron parte a las obras: Pietro Isabello en el Siglo XVI y Gian Battista Caniana en el Siglo XVIII.
La imponente nave central cuenta con cinco capillas por cada lado: en la cuarta a la derecha, no te pierdas el maravilloso retablo (oleo sobre tabla) realizada por el Maestro del Renacimiento italiano Lorenzo Lotto, "Madonna y el Niño con Santa Catalina de Alejandría, San Agustín, San Sebastián y San Antonio Abad" de 1521.
El Teatro Donizetti tiene una superficie total de 3.200 metros cuadros. La sala principal mantuvo el diseño original de 1786: mide 360 metros cuadros y cuenta con una capacidad de 532 asientos. Hay 102 palcos, divididos en tres filas, para un total de 1154 asientos.
Es fácil entender el estupor de los bergamascos al ver este magnifico edificio, durante una época cuando sólo existían pequeños teatros provisionales de madera.
En el centro de la sala pende una centelleante araña de cristal con 78 lámparas, mientras que otras fuentes de luz se encuentran en los palcos.
Debido a la distribución y la harmonía del sonido, se considera como uno de los mejores teatros de Italia.
El nombre original era “Riccardi”, del apellido de su constructor. Este Teatro es sobre todo el lugar donde los conciudadanos del gran maestro bergamasco Donizetti conocieron y apreciaron sus óperas – más de 70. Imagínate la emoción de Donizetti al verse homenajeado por una ovación sincera y cariñosa por parte del público presente en teatro en ocasión del estreno de L’esule a Roma. Esta “consagración” ocurrió en 1840; Donizetti iba a fallecer en Bérgamo, su ciudad de nacimiento, unos años después, en 1848.
Un montón de opciones deliciosas para disfrutar un almuerzo rápido antes de inmergirse en el arte con la visita de la Pinacoteca de la Accademia Carrara, recién renovada, dónde te esperan Lorenzo Lotto, Botticelli, Tiziano, Bellini, Mantegna, Moroni, Piccio, Pisanello.
Un montón de opciones deliciosas para disfrutar un almuerzo rápido antes de inmergirse en el arte con la visita de la Pinacoteca de la Accademia Carrara, recién renovada, dónde te esperan Lorenzo Lotto, Botticelli, Tiziano, Bellini, Mantegna, Moroni, Piccio, Pisanello.
Aguas profundas en el corazón de Bérgamo Baja: ¿cómo es posible? Gracias a la espléndida Fuente del Delfín, donde un poderoso tritón con dos colas monta un delfín por el cual brota el agua, junto con las dos máscaras de divinidades marinas esculpidas en ambos lados de la estela.
Caminando alrededor de esta fuente podrás apreciar mejor sus líneas sinuosas imitando los movimientos del tritón.
Es incluso posible observar un bajorrelieve representando una piña, símbolo del antiguo burgo de Pignolo, uno de los más antiguos y característicos de Bérgamo: de hecho, durante la Edad Media (antes de las Murallas Vénetas del Siglo XVI) esta zona estaba rodeada por forestas de coníferas, cuyo fruto es precisamente la piña.
Andando a lo largo de via Pignolo, la calle medieval uniendo la Ciudad Baja con Bérgamo Alta, vas a llegar a una pequeña plaza: aquí se encuentra la Iglesia de Sant’Alessandro della Croce (“San Alejandro de la Cruz”).
Según la leyenda, su primera edificación se remonta hasta al martirio de Alessandro en el Siglo XV. Entre el siglo XVII y XVIII se completaron sus interiores, mientras que la fachada inconclusa se realizó solamente en el año 1922.
La iglesia se llama “della Croce”, o sea “de la Cruz” porque fue construida en el cruce entre cuatro distintos burgos medievales.
Cuenta con uno de los conjuntos pictóricos más destacados de Bérgamo, que incluye – entre otros – dos obras de Gian Battista Moroni: "Coronación de la Virgen" colocada en la contrafachada y la "Crucifixión con los Santos Sebastián, Giovan Battista y un devoto" en la sacristía.
Tres capillas se abren en cada lado de la nave: en la primera se halla una urna vacía, donde solía estar la antigua tumba del Santo, cuyos restos están ahora en la Catedral de Bérgamo que se le dedicó.
En cambio, en la segunda capilla derecha se puede admirar un altar formado exclusivamente por mármoles preciados, taraceados y polícromos, realizado por el maestro Andrea Fantoni en 1729. Una época única en aquella época, y una muestra de su increíble habilidad.
La Galleria de Arte Moderno y Contemporáneo nace en 1991, justo frente al museo de la Accademia Carrara, en un edificio del siglo XV totalmente reacondicionado, que solía ser un antiguo monasterio. La programación muy variada - abierta a la experimentación de los varios lenguajes artísticos contemporáneos y a muchas disciplinas distintas, haciendo hincapié en las raíces de su patrimonio al mismo tiempo - hizo que durante los años la GAMeC se ha convertido en un espacio capaz de interesar a públicos distintos.
Con sus 1.500 metros cuadrados de espacios dedicados a las exposiciones, en un lugar capaz de acoger el arte en todas sus formas: exposiciones temporales personales y colectivas de artistas internacionales, proyectos inéditos de artistas emergentes y un rico calendario de actividades alternativas creadas para distintos tipos de público son lo que más destaca de la filosofía de esta Galería, un lugar dinámico de confrontación, conocimiento e integración cultural, en constante evolución.
Erguida probablemente después de las dos visitas del santo a la ciudad (1419-1422), surgió en la entrada de via Pignolo.
Consagrada de nuevo por el obispo en el año 1593, quizás después de una restauración a fondo, fue adornada progresivamente. Entre el siglo XIX y XX adquiere la actual forma neogótica.
Se presenta con aula única constituida por 5 arcadas y fachada cubierta. El retablo del altar mayor es obra de Lorenzo Lotto (1521).
La Parroquia de Sant’Alessandro in Croce gestiona la iglesia. La abre de manera gratuita gracias a la colaboración de los voluntarios del Touring Club Italiano.
Museo
Accademia Carrara nació en Bérgamo en 1796 gracias al Conde Giacomo Carrara. Durante los años, el patrimonio del museo he ha hecho cada vez más amplio y rico, tanto por el número como por el valor de las obras, gracias a las donaciones del conde Guglielmo Lochis (1866), del senador Giovanni Morelli, (1891), del historiador del arte Federico Zeri (1998) y más de 200 donaciones más. Después de abrir otra vez en el mes de abril de 2015, después de las indispensables obras de reacondicionamiento del edificio, su gestión se ha puesto en manos de la Fondazione Accademia Carrara. Hoy es un museo moderno y cuenta con todo tipo de servicio para el público y una organización de las obras y de los espacios que permite realizar un viaje extraordinario a través de la historia del arte italiana, desde comienzos del siglo XV hasta la época moderna.