El nombre de Puerta del Socorro se le debe al papel de “ayuda” que desempeñó durante los siglos pasados en caso de peligro: a través de este paso escondido, los bergamascos podían entrar y salir de las Murallas sin ser vistos. De esta manera era posible sorprender a los enemigos, atacarlos desde una posición inesperada o huir en caso de asedio, o bien ir a proteger el vecino Castillo de San Vigilio. Esta puerta sólo se utilizaba en caso de emergencia: normalmente, ni personas ni mercancías pasaban por aquí.
Para encontrarla, hay que alcanzar via Cavagnis y tomar via Sotto le mura di Sant’Alessandro. Es anónima, sin blasones ni otras características distintivas, excepto dos fisuras verticales en la piedra, testimoniando la antigua presencia de un puente levadizo. Podría parecer sólo la entrada de un sótano, sin embargo lleva hacia la plaza de la Fortaleza de San Marco a través de una red de pasillos subterráneos. La plaza solía ser un espacio donde se alojaban soldados, armas y vituallas: desde aquí salían unas galerías que terminaban en las cañoneras y las casamatas. En caso de asedio, las tropas podían salir desde la Puerta del Socorro para sorprender los enemigos e impedir que avanzaran hacia el Castillo de San Vigilio, el último baluarte de la ciudad. Al mismo tiempo existía también un pasillo a cielo abierto, hoy desaparecido, que conectaba la fortaleza con el castillo. Por aquí pasaban municiones y mercancías, sin que el enemigo se diera cuenta. Después de muchos pasajes históricos, desde la dominación veneciana hasta la austríaca, la fortaleza de San Marco es ahora una propiedad privada, incluso la Puerta del Socorro y las increíbles estructuras subterráneas.
El nombre de Puerta del Socorro se le debe al papel de “ayuda” que desempeñó durante los siglos pasados en caso de peligro: a través de este paso escondido, los bergamascos podían entrar y salir de las Murallas sin ser vistos. De esta manera era posible sorprender a los enemigos, atacarlos desde una posición inesperada o huir en caso de asedio, o bien ir a proteger el vecino Castillo de San Vigilio. Esta puerta sólo se utilizaba en caso de emergencia: normalmente, ni personas ni mercancías pasaban por aquí.
Para encontrarla, hay que alcanzar via Cavagnis y tomar via Sotto le mura di Sant’Alessandro. Es anónima, sin blasones ni otras características distintivas, excepto dos fisuras verticales en la piedra, testimoniando la antigua presencia de un puente levadizo. Podría parecer sólo la entrada de un sótano, sin embargo lleva hacia la plaza de la Fortaleza de San Marco a través de una red de pasillos subterráneos. La plaza solía ser un espacio donde se alojaban soldados, armas y vituallas: desde aquí salían unas galerías que terminaban en las cañoneras y las casamatas. En caso de asedio, las tropas podían salir desde la Puerta del Socorro para sorprender los enemigos e impedir que avanzaran hacia el Castillo de San Vigilio, el último baluarte de la ciudad. Al mismo tiempo existía también un pasillo a cielo abierto, hoy desaparecido, que conectaba la fortaleza con el castillo. Por aquí pasaban municiones y mercancías, sin que el enemigo se diera cuenta. Después de muchos pasajes históricos, desde la dominación veneciana hasta la austríaca, la fortaleza de San Marco es ahora una propiedad privada, incluso la Puerta del Socorro y las increíbles estructuras subterráneas.
