El centro de la Bérgamo contemporánea es el lugar perfecto para dar un paseo e ir de compras, en el nombre de la diversión, del arte y de la historia.
Este espléndida calle centenaria es también nombrado Centro Piacentiniano: se trata de un fantástico conjunto arquitectónico que solía acoger la antigua feria de la ciudad.
Esta misma atmosfera de antaño vuelve a percibirse muy a menudo, gracias a los numerosos eventos y mercados típicos que animan el centro a lo largo del año, con miles de colores y perfumes.
A lo largo del Sentierone, bordeando la hilera de castaños y yendo más allá de los Propileos de Porta Nuova, se alcanza via XX Settembre, a la cual se asoma Palazzo Frizzoni, la sede del Ayuntamiento.
A partir de aquí sólo hay que dejarse llevar por la intensa vida local: vas a encontrar boutiques y todo tipo de tienda, pequeñas plazas y preciosísimos callejones, todo en el nombre de la diversión.
Y por fin, ¡disfruta con un café o bien un aperitivo en uno de los numerosos locales animando este rincón de la ciudad!
Durante tu paseo, no te pierdas las muchas plazas de la zona, como la hermosa Piazza Dante, donde destaca la Fuente del Tritón también conocida como Fuente de la Feria, diseñada por Caniana. Si te gusta el arte, visita la majestuosa Iglesia de San Bartolomeo y Stefano, cerrando el lado este de esta área: en su interior se halla el famosísimo “Retablo Martinengo”, realizado por Lorenzo Lotto en el Siglo XVI.
A lo largo de un lado del Sentierone se encuentra el “quadriportico”, o sea un elegante porticado decorado con mármoles y rico de refinadas tiendas y cafés. Por el otro lado, en cambio, puede admirarse el teatro de la ciudad, dedicado al destacado compositor bergamasco Gaetano Donizetti.
Al cruzar la calle, podrás admirar otra plaza hermosa: Piazza Vittorio Veneto, en cuyo centro se halla el obelisco dedicado a Napoleón, junto con la Torre de los Caídos.
Curiosidad:
En Piazza Dante, gracias a una especial instalación artística de Alberto Garutti, cada vez que un niño nace en el hospital de la ciudad los faroles de la plaza se encienden contemporáneamente para darle la bienvenida: una emoción inscribible.
El centro de la Bérgamo contemporánea es el lugar perfecto para dar un paseo e ir de compras, en el nombre de la diversión, del arte y de la historia.
Este espléndida calle centenaria es también nombrado Centro Piacentiniano: se trata de un fantástico conjunto arquitectónico que solía acoger la antigua feria de la ciudad.
Esta misma atmosfera de antaño vuelve a percibirse muy a menudo, gracias a los numerosos eventos y mercados típicos que animan el centro a lo largo del año, con miles de colores y perfumes.
A lo largo del Sentierone, bordeando la hilera de castaños y yendo más allá de los Propileos de Porta Nuova, se alcanza via XX Settembre, a la cual se asoma Palazzo Frizzoni, la sede del Ayuntamiento.
A partir de aquí sólo hay que dejarse llevar por la intensa vida local: vas a encontrar boutiques y todo tipo de tienda, pequeñas plazas y preciosísimos callejones, todo en el nombre de la diversión.
Y por fin, ¡disfruta con un café o bien un aperitivo en uno de los numerosos locales animando este rincón de la ciudad!
Durante tu paseo, no te pierdas las muchas plazas de la zona, como la hermosa Piazza Dante, donde destaca la Fuente del Tritón también conocida como Fuente de la Feria, diseñada por Caniana. Si te gusta el arte, visita la majestuosa Iglesia de San Bartolomeo y Stefano, cerrando el lado este de esta área: en su interior se halla el famosísimo “Retablo Martinengo”, realizado por Lorenzo Lotto en el Siglo XVI.
A lo largo de un lado del Sentierone se encuentra el “quadriportico”, o sea un elegante porticado decorado con mármoles y rico de refinadas tiendas y cafés. Por el otro lado, en cambio, puede admirarse el teatro de la ciudad, dedicado al destacado compositor bergamasco Gaetano Donizetti.
Al cruzar la calle, podrás admirar otra plaza hermosa: Piazza Vittorio Veneto, en cuyo centro se halla el obelisco dedicado a Napoleón, junto con la Torre de los Caídos.
Curiosidad:
En Piazza Dante, gracias a una especial instalación artística de Alberto Garutti, cada vez que un niño nace en el hospital de la ciudad los faroles de la plaza se encienden contemporáneamente para darle la bienvenida: una emoción inscribible.
