Porta Nuova

Porta Nuova

Descripción

El tren es el mejor medio de transporte para llegar a Bérgamo: al salir de la estación, la ciudad puede admirarse en toda su gloria. La vista sigue una línea recta hasta Porta Nuova, el corazón de la Ciudad Baja. Levantando un poco la cabeza, la mirada se llena de la silueta majestuosa y perfecta de las colinas de la Ciudad Alta.

En 1847, la vieja puerta insertada en las “Muraine”, las poderosas murallas del siglo XV rodeando las colinas y bajando hasta la Ciudad Baja y los burgos, se reemplazó con una verja de hierro abriendo una brecha en la fortificación: es la Porta Nuova, la puerta nueva.

Este lugar representó durante mucho tiempo la entrada principal a la zona comercial de Bérgamo. Hoy sigue siendo el eje en torno al cual se desarrollan las calles y los monumentos más importantes de Bérgamo Baja.


La calle “ferdinandea”, inaugurada en 1838 en ocasión de la visita del emperador de Austria Fernando I, hoy se llama Viale Vittorio Emanuele II y junto con Viale Roma y Viale Papa Giovanni XXIII forma el eje que lleva de Città Bassa hasta Città Alta. Al comienzo solía cruzar los campos, pero rápidamente se convirtió en uno de los principales ejes urbanos, a lo largo del cual nacieron hermosos palacios tanto públicos como privados. Alrededor de esta calle y de la puerta se desarrolla la ciudad moderna, caracterizada por una belleza industriosa, relacionada con los ritmos del trabajo, de las compras y de la vita diaria. 

Porta Nuova es el mejor lugar donde admirar el burgo situado en la colina de Città Alta. El perfil de palacios, torres, campanarios y murallas se manifiesta en toda su riqueza y armonía. El arquitecto Marcello Piacentini, el cual rediseñó el centro detrás de Porta Nuova a comienzos del Siglo XX, fue muy sagaz: de hecho, diseño los palacios así que sus altura no impidiera la visión del burgo de Città Alta. 

Los edificios gemelos de estilo clásico dominando Porta Nuova en ambos lados se llaman “propileos”, o sea “lo que está por delante de la puerta”.  De hecho, hasta 1901 eran la sede de la guardia aduanera controlando la entrada de las mercancías en la ciudad: una granja de hierro solía bloquear la calle justo aquí. Los que entraban tenían que pagar un impuesto sobre los bienes, como en una moderna aduana. 

La Muraine, además de ser murallas de defensa, servían también de cordón aduanero. Una vez eliminada la tasa de aduanas se decidió derribarlas. En unos rincones de la ciudad, sin embargo, todavía quedan unas muestras sorprendentes de ellas. Una, en particular, se ve muy bien: es la torre del Galgario, de forma cilíndrica con base troncocónica, levantándose solitaria en el medio de una calle muy transitada. 

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El tren es el mejor medio de transporte para llegar a Bérgamo: al salir de la estación, la ciudad puede admirarse en toda su gloria. La vista sigue una línea recta hasta Porta Nuova, el corazón de la Ciudad Baja. Levantando un poco la cabeza, la mirada se llena de la silueta majestuosa y perfecta de las colinas de la Ciudad Alta.

En 1847, la vieja puerta insertada en las “Muraine”, las poderosas murallas del siglo XV rodeando las colinas y bajando hasta la Ciudad Baja y los burgos, se reemplazó con una verja de hierro abriendo una brecha en la fortificación: es la Porta Nuova, la puerta nueva.

Este lugar representó durante mucho tiempo la entrada principal a la zona comercial de Bérgamo. Hoy sigue siendo el eje en torno al cual se desarrollan las calles y los monumentos más importantes de Bérgamo Baja.


La calle “ferdinandea”, inaugurada en 1838 en ocasión de la visita del emperador de Austria Fernando I, hoy se llama Viale Vittorio Emanuele II y junto con Viale Roma y Viale Papa Giovanni XXIII forma el eje que lleva de Città Bassa hasta Città Alta. Al comienzo solía cruzar los campos, pero rápidamente se convirtió en uno de los principales ejes urbanos, a lo largo del cual nacieron hermosos palacios tanto públicos como privados. Alrededor de esta calle y de la puerta se desarrolla la ciudad moderna, caracterizada por una belleza industriosa, relacionada con los ritmos del trabajo, de las compras y de la vita diaria. 

Porta Nuova es el mejor lugar donde admirar el burgo situado en la colina de Città Alta. El perfil de palacios, torres, campanarios y murallas se manifiesta en toda su riqueza y armonía. El arquitecto Marcello Piacentini, el cual rediseñó el centro detrás de Porta Nuova a comienzos del Siglo XX, fue muy sagaz: de hecho, diseño los palacios así que sus altura no impidiera la visión del burgo de Città Alta. 

Los edificios gemelos de estilo clásico dominando Porta Nuova en ambos lados se llaman “propileos”, o sea “lo que está por delante de la puerta”.  De hecho, hasta 1901 eran la sede de la guardia aduanera controlando la entrada de las mercancías en la ciudad: una granja de hierro solía bloquear la calle justo aquí. Los que entraban tenían que pagar un impuesto sobre los bienes, como en una moderna aduana. 

La Muraine, además de ser murallas de defensa, servían también de cordón aduanero. Una vez eliminada la tasa de aduanas se decidió derribarlas. En unos rincones de la ciudad, sin embargo, todavía quedan unas muestras sorprendentes de ellas. Una, en particular, se ve muy bien: es la torre del Galgario, de forma cilíndrica con base troncocónica, levantándose solitaria en el medio de una calle muy transitada.