El Románico en el Lemine
Síntesis de geometría y espiritualidad.

Primera destinación, la iglesia circular de San Tomè. El segundo lugar para visitar es la Iglesia de San Giorgio, con sus maravillosos frescos. La tercera perla es la Madonna del Castello, suma de tres edificios de ejecución fina. El ultimo sitio para ver es el puente de Attone, situado en una zona escondida y todavía salvaje.

Somos felices de presentar un itinerario que – en alrededor e seis horas – puede orientar a los que deseen conocer mejor los edificios del Lemine, territorio situado a norte-oeste de Bérgamo, que encierra una serie de obras maestras del Románico dentro de pocos kilómetros cuadrados. 

El corazón de este recorrido es la iglesia de San Tomè, raro ejemplo de edificio sacro circular. La pureza de sus formas y la capacidad para evocar recogimiento la hacen una meta irrenunciable para quienes quieren emocionarse a través de su sencillez.  

 

No muy lejos encontramos la iglesia de San Giorgio, severa en su fajada pero muy colorada en sus paredes internas, donde destacan frescos de lo más evocativo.
El santuario de la Madonna, formado por distintos edificios sobrepuestos, nos permite vivir espacios sagrados que nos cuentan sobre algunos de los temas de siempre como la lucha entre Bien y Mal, a través de símbolos, capiteles y estatuas.
No debe perderse el puente de Attone, en Ubiale Clanezzo, el que nos enseña – en toda su gloria – la levedad de la ingeniería medieval.