Caffè del Tasso

Caffè del Tasso

Descripción

“La cosa mejor de nuestra historia es lo casual de todo lo que pasò”  

Con estas palabras Marcello Menalli, que maneja con su hermano Massimo el “Caffè del Tasso”, nos abre las puertas de su mundo, un mundo de anécdotas escondidas en las fotografías en las paredes y de mensajes dejados en las páginas de un libro que considera como un tesoro.  

Encontramos a los dos en compañía del Distretto Urbano del Commercio para escuchar el capítulo más reciente de una historia larga varios siglos, una historia de pasión y de compromiso. 

La casualidad en 1989 llevó la familia Menalli a visitar Bérgamo y casualmente papà Giuseppe, mamá Erminia, Marcello y Massimo - ex barman de los bucles Costa Crociere uno y recién licenciado en la escuela de hotellerie el segundo - pasaron por Piazza Vecchia y por sus ladrillos rojos. 

“Cuando llegamos allì nos dijeron que el local del Tasso estaba a la venta. Pero sinceramente no me interesaba. Città Alta no era cómo al día de hoy, no habían turistas. Tenía miedo a la soledad” nos confiesa Marcello.  

Sin embargo el señor Giuseppe, que ya tenía experiencia en la gestión de los bares y que no tenía miedo a los retos, una semana después - sin decir nada a nadia y sin tampoco haber visto el interior del café - decidió comprarlo. 

“Probablemente la nuestra es la única familia en la historia que compró un local sin verlo antes” se ríe Marcello al recordar ese acontecimiento. “El letrero fue lo que conquisto’ a mi padre”.  

Sin embargo, lo que pasó durante la primera temporada de actividad aumentó la desconfianza de Marcello. Obras de reacondicionamiento, clientes difíciles o ausentes, las calles de Città Alta sin vehículos debido a la zona de tráfico restringido en los fines de semana: todo esto hizo que durante meses Marcello intentó persuadir a sus padres para vender. 

“Mi padre decía que teníamos que tener confianza, porque lo más se prohibe a alguien hacer algo, lo más tendrá ganas de hacerlo”. Y esto fue lo que pasó cuando cerró el casco histórico: con un poco de paciencia los turistas empezaron a ir a visitar las famosas murallas venecianas. Y poco a poco los negocios mejoraron. 

 “Al fin y al cabo, él tuvo razón” dice Marcello, con los ojos llenos de gratitud.  

Sin embargo, el año siguiente el joven Menalli se convenció de que quería quedar: cuando el artista Renzo Arbore actuó con su Orchestra Italiana en Piazza Vecchia, quiso tocar en el salón del Café “Tasso”, emocionando los camareros y los clientes del local hacinados detrás de la barra para dejarlo pasar. 

“En ese momento supo que merecía la pena. Cuando cuento este hecho, se me pone la piel de gallina”. 

 Hubieron muchos momentos emocionantes, documentados con imágenes y dedicatorias enmarcadas con amor: desde el actor Ricky Tognazzi, que agradeció al “Caffè del Tasso” por dejarle seguir las huellas de su padre Ugo, que estuvo en el local en 1970 durante la grabación de la película “Cuori solitari”; al premio Nobel John Nash, que se puso a dormir en uno de los sillones del bar para disgusto de Marcello, que para despertarlo encendió el fastidioso molinillo del café (“No lo había reconocido”, nos confiesa con un poco de vergüenza). Desde el actor Francesco Nuti, que escribió “Gracias por su confianza” después de pagar dos grappas con un cheque, hasta el actor Dennis Hopper, que para sentarse en una mesa del Tasso espero que se liberara una durante más de 15 minutos; desde el ministro Tria, que dijo que ese era el café mejor de la ciudad de Bérgamo, hasta el actor Charlton Heston, que se quedo en el local hasta muy tarde, contando anécdotas inéditas que tampoco había revelado a los periodistas.  

“Estas cosas se quedan en el corazón”, se emociona Marcello. “Es lo mejor de tener un bar: frente a un café, la gente abre su alma y te habla sobre cualquier cosa”. Hojeando las páginas del libro, continúa: “Cuando estoy un poco deprimido, me vuelve el buen humor solo con leyendo las dedicatorias de mis clientes”.  

Antes de despedirnos, Marcello nos hace notar que el escalón de piedra del umbral está gastado con las miradas de todos los que pasaron por aquí durante los años.  

“Estas son las historias que merece la pena contar, las historias de las personas que dejaron una parte de sí en el local. Aunque llegaron aquí por casualidad.” 

 


Caffé del Tasso forma parte de los llamados “Locali Storici d’Italia – Locales Históricos de Italia”, junto con otros sitios que llevan muchos siglos renovándose y respetando la tradición a la vez.

Establecido antes del descubrimiento de America (1476) con el nombre de "Locanda delle due spade", es decir “Posada de las dos espadas”, porque aquí se solían tener los duelos, en 1681 se nombró Torquato Tasso Caffè e Bottiglieria, cuando la administración de Bérgamo puso a su lado la estatua de Torquato Tasso, el famoso poeta autor de Jerusalén Liberada y descendiente de una familia aristocrática del Valle Brembana.

Caffè del Tasso es una institución en Bérgamo: pasan los siglos, cambian los estilos, pero este café siempre queda igual. ¡Por aquí ha pasado la historia, hasta el punto que tampoco el cañonazo austriaco que recibió en 1849 pudo interrumpir esta larga tradición de sabor!

Siempre ha sido el lugar de encuentro de personalidades eminentes, tanto italianas como extranjeras: ganadores de premios Nobel como John Nash, estrellas de Hollywood y Cinecittà como Charlton Heston y Ugo Tognazzi, poetas y literatos, deportistas y cantantes…Siéntate en una de las mesas, mira sus fotografías en las paredes y déjate llevar con tu fantasía a través del tiempo y del espacio.

El Café siempre queda abierto. Aquí es posible desayunar, tomarse un aperitivo, pero también almorzar y cenar, gracias al restaurante sirviendo excelentes comidas típicas bergamascas y platos más contemporáneos preparados con ingredientes locales de Presidios Slow Food. 

Por no mencionar los vinos: una selección destacada de los mejores vinos para los clientes más exigentes. 

Si queréis conocer la historia de Bérgamo, empezad por aquí vuestra visita: ¡la familia Menalli será feliz de contaros los secretos de uno de los más antiguos “cafés históricos de Italia”. 

 

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“La cosa mejor de nuestra historia es lo casual de todo lo que pasò”  

Con estas palabras Marcello Menalli, que maneja con su hermano Massimo el “Caffè del Tasso”, nos abre las puertas de su mundo, un mundo de anécdotas escondidas en las fotografías en las paredes y de mensajes dejados en las páginas de un libro que considera como un tesoro.  

Encontramos a los dos en compañía del Distretto Urbano del Commercio para escuchar el capítulo más reciente de una historia larga varios siglos, una historia de pasión y de compromiso. 

La casualidad en 1989 llevó la familia Menalli a visitar Bérgamo y casualmente papà Giuseppe, mamá Erminia, Marcello y Massimo - ex barman de los bucles Costa Crociere uno y recién licenciado en la escuela de hotellerie el segundo - pasaron por Piazza Vecchia y por sus ladrillos rojos. 

“Cuando llegamos allì nos dijeron que el local del Tasso estaba a la venta. Pero sinceramente no me interesaba. Città Alta no era cómo al día de hoy, no habían turistas. Tenía miedo a la soledad” nos confiesa Marcello.  

Sin embargo el señor Giuseppe, que ya tenía experiencia en la gestión de los bares y que no tenía miedo a los retos, una semana después - sin decir nada a nadia y sin tampoco haber visto el interior del café - decidió comprarlo. 

“Probablemente la nuestra es la única familia en la historia que compró un local sin verlo antes” se ríe Marcello al recordar ese acontecimiento. “El letrero fue lo que conquisto’ a mi padre”.  

Sin embargo, lo que pasó durante la primera temporada de actividad aumentó la desconfianza de Marcello. Obras de reacondicionamiento, clientes difíciles o ausentes, las calles de Città Alta sin vehículos debido a la zona de tráfico restringido en los fines de semana: todo esto hizo que durante meses Marcello intentó persuadir a sus padres para vender. 

“Mi padre decía que teníamos que tener confianza, porque lo más se prohibe a alguien hacer algo, lo más tendrá ganas de hacerlo”. Y esto fue lo que pasó cuando cerró el casco histórico: con un poco de paciencia los turistas empezaron a ir a visitar las famosas murallas venecianas. Y poco a poco los negocios mejoraron. 

 “Al fin y al cabo, él tuvo razón” dice Marcello, con los ojos llenos de gratitud.  

Sin embargo, el año siguiente el joven Menalli se convenció de que quería quedar: cuando el artista Renzo Arbore actuó con su Orchestra Italiana en Piazza Vecchia, quiso tocar en el salón del Café “Tasso”, emocionando los camareros y los clientes del local hacinados detrás de la barra para dejarlo pasar. 

“En ese momento supo que merecía la pena. Cuando cuento este hecho, se me pone la piel de gallina”. 

 Hubieron muchos momentos emocionantes, documentados con imágenes y dedicatorias enmarcadas con amor: desde el actor Ricky Tognazzi, que agradeció al “Caffè del Tasso” por dejarle seguir las huellas de su padre Ugo, que estuvo en el local en 1970 durante la grabación de la película “Cuori solitari”; al premio Nobel John Nash, que se puso a dormir en uno de los sillones del bar para disgusto de Marcello, que para despertarlo encendió el fastidioso molinillo del café (“No lo había reconocido”, nos confiesa con un poco de vergüenza). Desde el actor Francesco Nuti, que escribió “Gracias por su confianza” después de pagar dos grappas con un cheque, hasta el actor Dennis Hopper, que para sentarse en una mesa del Tasso espero que se liberara una durante más de 15 minutos; desde el ministro Tria, que dijo que ese era el café mejor de la ciudad de Bérgamo, hasta el actor Charlton Heston, que se quedo en el local hasta muy tarde, contando anécdotas inéditas que tampoco había revelado a los periodistas.  

“Estas cosas se quedan en el corazón”, se emociona Marcello. “Es lo mejor de tener un bar: frente a un café, la gente abre su alma y te habla sobre cualquier cosa”. Hojeando las páginas del libro, continúa: “Cuando estoy un poco deprimido, me vuelve el buen humor solo con leyendo las dedicatorias de mis clientes”.  

Antes de despedirnos, Marcello nos hace notar que el escalón de piedra del umbral está gastado con las miradas de todos los que pasaron por aquí durante los años.  

“Estas son las historias que merece la pena contar, las historias de las personas que dejaron una parte de sí en el local. Aunque llegaron aquí por casualidad.” 

 


Caffé del Tasso forma parte de los llamados “Locali Storici d’Italia – Locales Históricos de Italia”, junto con otros sitios que llevan muchos siglos renovándose y respetando la tradición a la vez.

Establecido antes del descubrimiento de America (1476) con el nombre de "Locanda delle due spade", es decir “Posada de las dos espadas”, porque aquí se solían tener los duelos, en 1681 se nombró Torquato Tasso Caffè e Bottiglieria, cuando la administración de Bérgamo puso a su lado la estatua de Torquato Tasso, el famoso poeta autor de Jerusalén Liberada y descendiente de una familia aristocrática del Valle Brembana.

Caffè del Tasso es una institución en Bérgamo: pasan los siglos, cambian los estilos, pero este café siempre queda igual. ¡Por aquí ha pasado la historia, hasta el punto que tampoco el cañonazo austriaco que recibió en 1849 pudo interrumpir esta larga tradición de sabor!

Siempre ha sido el lugar de encuentro de personalidades eminentes, tanto italianas como extranjeras: ganadores de premios Nobel como John Nash, estrellas de Hollywood y Cinecittà como Charlton Heston y Ugo Tognazzi, poetas y literatos, deportistas y cantantes…Siéntate en una de las mesas, mira sus fotografías en las paredes y déjate llevar con tu fantasía a través del tiempo y del espacio.

El Café siempre queda abierto. Aquí es posible desayunar, tomarse un aperitivo, pero también almorzar y cenar, gracias al restaurante sirviendo excelentes comidas típicas bergamascas y platos más contemporáneos preparados con ingredientes locales de Presidios Slow Food. 

Por no mencionar los vinos: una selección destacada de los mejores vinos para los clientes más exigentes. 

Si queréis conocer la historia de Bérgamo, empezad por aquí vuestra visita: ¡la familia Menalli será feliz de contaros los secretos de uno de los más antiguos “cafés históricos de Italia”.