Sagrestie della Basilica di San Martino (Sacristías)

Sagrestie della Basilica di San Martino (Sacristías)

Descripción

Gerolamo Quadrio, el arquitecto del Duomo de Milán, realizó también las tres sacristías de la Basílica de San Martino.

Los tres locales están caracterizados por increíble potencia expresiva y maestría: al entrar en el primero, directamente desde la iglesia, impresiona la cascada de estucos y frescos del siglo XVII, el decoro espeso y redundante, las taraceas y las esculturas de los Fantoni y los Caniana, dos familias de artistas destacados de esa época.

Numerosos son los temas de los motivos ornamentales, abarcando episodios del Evangelio e historias del Nuevo y del Antiguo Testamento, amorcillos, máscaras, decoraciones vegetales como ramas, hojas y frutos, paisajes idílicos. ¡Merece la pena ir a admirarlos!

Una placa en la entrada de la segunda sacristía dice: «SACRA DECENT SACROS, SACRIS PENETRALIA PANDO SACRUM NON SACER HAUT TENTET INIRE LOCUM» (“Los lugares sacros corresponden a las personas sacras. Abro este lugar reservado a los que son sacros. Él que no es sacro no se atreve a entrar en el lugar sacro”).

La habitación, de hecho, sólo era diseñada para los curas: sin embargo, la frase parece también una exhortación general a purificarse de los pecados antes de entrar a estos lugares, tan bellos que parecen divinos. ¿Estas listo?


La planimetría de las sacristías tiene forma de “ele invertida”: la primera se halla en el lado corto, la segunda se encentra en el punto de unión entre los dos segmentos, mientras que la tercera se desarrolla en el lado largo, conectándose con el Museo de Arte Sacra.

Los adornos y las decoraciones de las tres sacristías fueron realizados en poco más de quince años, pero los estilos de los tres ambientes parecen muy distintos, debido a la alternación de dos épocas históricas y artísticas.

La primera sacristía es rectangular: tres nichos separan las paredes y acogen seis grandes armarios encajonados, realizados con maestría por los Fantoni.

En la segunda sacristía, en cambio, va a asombrarte la riquísima taracea de los reclinatorios y de los cómodas utilizadas para reponer las ropas de los sacerdotes.

Por fin, la tercera sacristía acoge un arcón con respaldo repetido cuarenta veces: ¡intenta contarlos!

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Gerolamo Quadrio, el arquitecto del Duomo de Milán, realizó también las tres sacristías de la Basílica de San Martino.

Los tres locales están caracterizados por increíble potencia expresiva y maestría: al entrar en el primero, directamente desde la iglesia, impresiona la cascada de estucos y frescos del siglo XVII, el decoro espeso y redundante, las taraceas y las esculturas de los Fantoni y los Caniana, dos familias de artistas destacados de esa época.

Numerosos son los temas de los motivos ornamentales, abarcando episodios del Evangelio e historias del Nuevo y del Antiguo Testamento, amorcillos, máscaras, decoraciones vegetales como ramas, hojas y frutos, paisajes idílicos. ¡Merece la pena ir a admirarlos!

Una placa en la entrada de la segunda sacristía dice: «SACRA DECENT SACROS, SACRIS PENETRALIA PANDO SACRUM NON SACER HAUT TENTET INIRE LOCUM» (“Los lugares sacros corresponden a las personas sacras. Abro este lugar reservado a los que son sacros. Él que no es sacro no se atreve a entrar en el lugar sacro”).

La habitación, de hecho, sólo era diseñada para los curas: sin embargo, la frase parece también una exhortación general a purificarse de los pecados antes de entrar a estos lugares, tan bellos que parecen divinos. ¿Estas listo?


La planimetría de las sacristías tiene forma de “ele invertida”: la primera se halla en el lado corto, la segunda se encentra en el punto de unión entre los dos segmentos, mientras que la tercera se desarrolla en el lado largo, conectándose con el Museo de Arte Sacra.

Los adornos y las decoraciones de las tres sacristías fueron realizados en poco más de quince años, pero los estilos de los tres ambientes parecen muy distintos, debido a la alternación de dos épocas históricas y artísticas.

La primera sacristía es rectangular: tres nichos separan las paredes y acogen seis grandes armarios encajonados, realizados con maestría por los Fantoni.

En la segunda sacristía, en cambio, va a asombrarte la riquísima taracea de los reclinatorios y de los cómodas utilizadas para reponer las ropas de los sacerdotes.

Por fin, la tercera sacristía acoge un arcón con respaldo repetido cuarenta veces: ¡intenta contarlos!