En el pasado no existían los relojes de pulsera: sí había los de bolsillo, pero solamente los más pudientes lo tenían. ¿Cómo podía conocer la hora exacta la gente común? Utilizando los relojes públicos, que casi siempre se encontraban en la torre municipal, así que eran visibles también desde muy lejos.
En Palazzo Marinoni Barca, remontándose al siglo XVII y decorado con preciosos frescos, es posible visitar un museo guardando una rara colección de obras de artistas locales y mecanismos de relojes de torre, que atestiguan el altísimo nivel tecnológico alcanzado por nuestros antepasados. ¡Disfruta con tu viaje en el tiempo!
En el MAT no sólo hay increíbles mecanismos de relojes, sino también muchas obras provenientes de las colecciones privadas pertenecientes a las familias de Clusone y de artistas locales.
Destacan las obras de Giacomo Manzù, artista que vivió en el pueblo durante la Segunda Guerra Mundial, y las de Attilio Nani, una serie de repujados y retratos.
Asombra la elegancia de las obras de Manzù expuestas en el MAT, caracterizándose por una investigación interior sobre lo diario, convertido en estupendas esculturas sensibles a la luz.
En el pasado no existían los relojes de pulsera: sí había los de bolsillo, pero solamente los más pudientes lo tenían. ¿Cómo podía conocer la hora exacta la gente común? Utilizando los relojes públicos, que casi siempre se encontraban en la torre municipal, así que eran visibles también desde muy lejos.
En Palazzo Marinoni Barca, remontándose al siglo XVII y decorado con preciosos frescos, es posible visitar un museo guardando una rara colección de obras de artistas locales y mecanismos de relojes de torre, que atestiguan el altísimo nivel tecnológico alcanzado por nuestros antepasados. ¡Disfruta con tu viaje en el tiempo!
En el MAT no sólo hay increíbles mecanismos de relojes, sino también muchas obras provenientes de las colecciones privadas pertenecientes a las familias de Clusone y de artistas locales.
Destacan las obras de Giacomo Manzù, artista que vivió en el pueblo durante la Segunda Guerra Mundial, y las de Attilio Nani, una serie de repujados y retratos.
Asombra la elegancia de las obras de Manzù expuestas en el MAT, caracterizándose por una investigación interior sobre lo diario, convertido en estupendas esculturas sensibles a la luz.
