A 2328 metros de altitud, el refugio Tagliaferri se sitúa en Val di Scalve y está gestionado por Francesco Tagliaferri, el creador del proyecto de este rifugio dedicado a su hermano, fallecido en las Andas peruanas a los 33 años durante los años Ochenta.
LLegar al Tagliaferri cuesta mucho tiempo y mucho esfuerzo: una excursión por la naturaleza del Valle di Scalve. Se sale de Ronco di Schilpario tomando el camino de herradura subiendo regularmente a lo largo del Valle del Vol, un recorrido muy arduo de 4 horas. El acceso por la zona de Valtellina es más rápido, desde los lagos de Belviso, a lo largo de un camino de 2 horas y media.
EL edificio tiene 50 camas y muchos asientos: el salón cuenta con 50 asientos, las mesas externas acogen a 100 personas.
La cocina es local y muy lenta: de hecho, hay que cocinar durante horas para preparar especialidades como los bocados de cordero hervidos en mantequilla. Lo que más destaca de este refugio es la bodega, que cuenta con aguardientes a las hierbas alpinas y excelentes vinos y whisky escocés.
El entorno es hermoso y muy interesante, no solo por los numerosos lagos de los montes alrededor, sino también por la variedad de especies vegetales. De hecho, está es una zona protegida por la reserva faunístico-venatoria Valbelviso-Barbellino.
A 2328 metros de altitud, el refugio Tagliaferri se sitúa en Val di Scalve y está gestionado por Francesco Tagliaferri, el creador del proyecto de este rifugio dedicado a su hermano, fallecido en las Andas peruanas a los 33 años durante los años Ochenta.
LLegar al Tagliaferri cuesta mucho tiempo y mucho esfuerzo: una excursión por la naturaleza del Valle di Scalve. Se sale de Ronco di Schilpario tomando el camino de herradura subiendo regularmente a lo largo del Valle del Vol, un recorrido muy arduo de 4 horas. El acceso por la zona de Valtellina es más rápido, desde los lagos de Belviso, a lo largo de un camino de 2 horas y media.
EL edificio tiene 50 camas y muchos asientos: el salón cuenta con 50 asientos, las mesas externas acogen a 100 personas.
La cocina es local y muy lenta: de hecho, hay que cocinar durante horas para preparar especialidades como los bocados de cordero hervidos en mantequilla. Lo que más destaca de este refugio es la bodega, que cuenta con aguardientes a las hierbas alpinas y excelentes vinos y whisky escocés.
El entorno es hermoso y muy interesante, no solo por los numerosos lagos de los montes alrededor, sino también por la variedad de especies vegetales. De hecho, está es una zona protegida por la reserva faunístico-venatoria Valbelviso-Barbellino.
