Un crucero por el Lago de Iseo
Descubra la belleza de Montisola

Un viaje a través de naturaleza y historia: es lo que te llevará a descubrir el Lago de Iseo y algunas bellezas únicas, invisibles desde las orillas. Se sale por el pueblo de Sarnico, centro turístico inmerso en el verde donde el lago empieza estrecharse antes de convertirse en el río Oglio y el protagonista es el barco: de hecho, este medio de transporte es el verdadero eslabón perdido entre los artísticos pueblos en las orillas del lago, que os va a permitir explorar su amplia superficie azul. 

El crucero te llevará a Montisola, la isla lacustre más grande de Europa, con los dos islotes de San Paolo y de Loreto, dos pequeños satélites situados en los cabos de este “planeta” que parecen ser nacidos para protegerlo, hasta el increíble barranco del Bogn, la increíble pared en desplomo cerca de Riva di Solto.

Lo más te alejas de la orilla, lo más podrás disfrutar mejor la visión del territorio y del maravilloso estilo modernista caracterizando Sarnico. Una perla escondida en la vegetación te sorprenderá: Villa Faccanoni, visible sólo desde el barco.
A bordo del barco todo os parecerá nuevo: desde las majestuosas montañas levantándose en las orillas del lago, hasta las pequeñas casas agrupándose en burgos sugerentes.
Una vez llegado en la parte central del lago, vas a encontrar la isla de San Paolo y a admirar los imponentes releves de Montisola, en cuya cumbre es posible vislumbrar el santuario de la Ceriola. Luego vas a llegar a Peschiera Maraglio, el mayor puerto de la isla, lo ideal para estirar tus piernas y descubrir sus maravillas.
Después de un breve descanso, el barco vuelve a salir tumbo al paseo a lo largo del lago, donde la vegetación alterna amplios bosques de coníferas con aislados grupos de olivos salpicando las orillas del Lago de Iseo. Luego vas a acercarte a la Isla de Loreto y a su castillo neogótico, y finalmente llegarás a Riva di Solto donde, en la localidad llamada Zorzino, podrás admirar una de las creaciones más increíbles de la naturaleza: el espléndido y sorprendente barranco del Bogn, una vertiginosa pared rocosa.